SANTIAGO.- La mayoría de las veces que uno decide cambiar de Centro de Salud, principalmente desde la Red Pública hacia la privada o viceversa, debe hacer un ejercicio de buena memoria: acordarse de las veces que ha estado hospitalizado, los remedios que utiliza e incluso sus dosis.
Es por ello que desde el mundo de la tecnología se están desarrollando hace décadas maneras en que este proceso se haga menos tedioso, pero también más exacto, permitiendo evitar malos diagnósticos que podrían incluso ser fatales.
Esto es lo que llamamos Historia Clínica Compartida o Interoperabilidad en Salud, que es la manera en que hace "conversar" a dos Centros de Salud, compartiendo entre ellos la información clínica y de apoyo al diagnóstico que tienen de cada paciente.
Sobre esto conversó con Emol TV Carlos Mercado, consultor senior en Innovación, Desarrollo e Investigación de la empresa chilena Rayen Salud, que lleva 14 años trabajando en la incorporación de tecnología para la mejora en la gestión sanitaria y la atención a las personas en salud, siendo reconocida a nivel internacional como líder en implementación de fichas médicas electrónicas y la interoperabilidad entre ellas.
Sus sistemas ya están disponibles en más de 650 Centros de Salud del país y permiten que la información de más de 8,5 millones de chilenos sea compartida en esta red, permitiendo que el paciente viaje junto a su información médica.
De hecho, hoy el 80% de los Establecimientos de la salud pública y el 50% de los hospitales públicos tienen registro clínico electrónico, con la gran ventaja de interoperar entre los recintos de esa red.
Mejores decisiones y más ahorro
Otra de las ventajas de esta ficha médica, cuenta Mercado, es la posibilidad de tomar mejores decisiones médicas, y no sólo en tratamientos, sino que también en atenciones de urgencia.
Imagine, por ejemplo, que tiene alergia a algún medicamento pero está siendo atendido, inconsciente, de urgencia. El escenario no es muy feliz, y es potencialmente mortal en el caso que le administren el medicamento al que es alérgico.
El problema es que hoy es difícil comunicar ese riesgo estando inconsciente: hay placas, brazaletes, e incluso tatuajes, pero en el caso de que la complicación se dé por la interacción de un tratamiento que el paciente está siguiendo, no hay cómo saberlo.
Y todo ese riesgo se podría evitar con una acción tan simple como que se identifique al paciente y se revise en línea su historial médico. Por eso, la interoperabilidad de la ficha médica es importante, explica Mercado.
Pero también porque su uso podría ahorrar muchos costos que hoy sí paga nuestro sistema de salud.
Por ejemplo, explica Mercado, hay mucha gente que ha sido vacunada dos o tres veces sólo porque no sabe, o no recuerda, o se cambió de casa y no hay registro disponible de que las vacunas ya se le habían administrado.
"Si a un niño le ponen una vacuna y genera una reacción adversa, como una alergia, eso lo sabe el Registro Nacional de Inmunizaciones. Con la interoperabilidad, la autoridad podría inocular a las personas con vacunas que cumplan con sus requerimientos específicos, evitando alergias", explica Carlos Mercado.
Lo mismo pasa con exámenes y tratamientos, que a veces son pedidos y administrados “a ciegas” por los médicos, haciendo que el sistema de salud público y privado genere estos costos fantasmas para el paciente y para el Estado.
Por eso se espera que se mantenga la Estrategia Digital en Salud, un proceso que se viene implementando en Chile de manera colaborativa entre los actores públicos y privados desde el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos.
Este proceso también debería acceder a más certificaciones internacionales, siguiendo una tendencia global que implica que la ficha médica sea interoperable en cualquier parte del mundo.
