Kayla, de pantalón negro y camiseta naranja, era frecuentemente confundida con una embarazada.
NBC12 / Captura
SANTIAGO.-
Kayla Rahn estaba aburrida de su sobrepeso, por lo que el año pasado
decidió ponerse a dieta, motivada también por sus médicos. Pero pese a sus esfuerzos, la mujer de Montgomery, Alabama (EE.UU.),
seguía ganando kilos y de hecho muchas personas le preguntaban si estaba embarazada de gemelos.
Asimismo, Kayla sufría de
persistentes problemas y malestares en su área abdominal, que la limitaban en su rutina diaria.
"Ni siquiera podía caminar a mi auto sin perder el aliento", relató la mujer de 30 años a NBC12.
En mayo pasado,
sus molestias se hicieron insoportables, por lo que la madre de Kayla la llevó al servicio de urgencia del Hospital Jackson. Allí,
después de una serie de exámenes, los médicos dieron con un
diagnóstico.
"Sabía que algo andaba mal", sostuvo la mujer, a quien
le encontraron un enorme quiste en uno de sus ovarios.
"El diagnóstico técnico es
cistoadenoma mucinoso. Es una
condición benigna", explicó el gineco obstetra Gregory Jones.
Kayla fue llevada de inmediato a cirugía, en la que le fue removido un
gigantesco quiste de 22 kilos de peso.
"Fue uno de los más grandes que he visto o extirpado", sostuvo Jones, quien agregó que estaba muy feliz de que la operación hubiera salido bien.
Tras la intervención,
la vida de Kayla ha cambiado por completo. Sin embargo, su caso la motivó a
animar a las mujeres a "escuchar" a sus cuerpos cuando creen que algo no está bien.
Lo mismo opinó su médico, quien afirmó que son los propios
pacientes los que deben insistir con los especialistas, cuando algún tema de salud los inquieta.