SANTIAGO.- Muchas personas recurren a las
siestas para reponerse de una noche de poco sueño o de -como se dice habitualmente- cansancio acumulado. Pero hay otros para los que el descanso de media tarde es
un imperdible, sobre todo los fines de semana.
Y es que según lo más entendidos, la siesta es
una costumbre que conlleva varios beneficios como mejorar el rendimiento y agilidad del cerebro; retrasar el envejecimiento; mejorar el humor y la memoria, e incluso la vida sexual, como los afirma la psicóloga Sara C. Mednick en su libro "Make a nap, change your life" ("Has una siesta, cambia tu vida").
Sin embargo, como todas las cosas, el descanso de media tarde
también puede ser perjudicial, en especial
si se extiende por muchas horas, produciendo un desequilibrio entre los horarios del día y la noche.
"Debe durar máximo 40 minutos y terminar antes de las 16:00 horas", sostiene Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Vespucio.
Pero, ¿qué pasa
si se duerme más? La especialista advierte que se pueden
generar cambios en el reloj biológico cerebral y las personas empiezan a
confundir los horarios. "Esto
dificulta la conciliación del sueño en la noche y aumenta las posibilidades de sufrir trastornos como el
insomnio", añade la neuróloga.
Asimismo, con las
siestas muy largas, en lugar de recargar energía,
las personas quedan lentas, decaídas y hasta con dolor de cabeza.
Por esta razón, para evitar que el descanso de media tarde se extienda por demasiado tiempo, Benavides entrega
cuatro consejos que ayudarán a que sea acotado:
- Poner una alarma para despertar.
- Dormir sobre una cama (algunos especialistas sugieren que sea en posición recostada, en tanto que otros semi sentada).
- Descansar con la ropa que se lleva puesta y no ponerse pijama.
- Mantener el dormitorio iluminado.
Con estas recomendaciones,
la siesta cumplirá con su objetivo de ayudar a quien duerme a
recuperar energía para lo que queda del día.