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La historia de Lyla, la guagua más prematura que ha sobrevivido y que ya tiene cuatro años

Nació a las 21 semanas de gestación, pesando 410 gramos y midiendo 25 cm. Courtney, su madre, habló por primera vez de su experiencia y de cómo quiere ayudar a otros padres de prematuros.

27 de Diciembre de 2018 | 17:00 | Redactado por M. Francisca Prieto, Emol
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The New York Times (imagen referencial)
SANTIAGO.- Lyla Stensrud es una típica niña a la que le encanta jugar y estar con otros niños, a pesar de que tiene un pequeño retraso en el habla, hasta ahora la única consecuencia de haber nacido a las 21 semanas de gestación.

Sí, porque Lyla, vino al mundo cuando su madre tenía menos de cinco meses de embarazo, convirtiéndose así en la guagua más prematura que ha sobrevivido alguna vez.

Hoy, casi cuatro años y medio después, Courtney, la madre de Lyla accedió a hablar por primera vez con la prensa respecto a cómo fue el nacimiento de su hija, a quien describe como una "luchadora".

"Tenía 20 semanas y media de embarazo y me desperté en una piscina de sangre", recordó, según publicó el Daily Mail. Courtney se dirigió rápidamente al hospital, donde quedó internada durante la siguiente semana y media.

Sin embargo, una noche se levantó al baño y se sintió extraña. Se agachó y al tocarse Lyla tomó su dedo.

"Por suerte mi médico estaba de turno, así que me llevaron de inmediato a la sala de partos y después de 10 minutos había nacido", señaló.

Lyla pesó 410 gramos y midió 25 cm. Y como sus pulmones no estaban desarrollados, no podía respirar y comenzó a ponerse azul.

"La sujeté todo el tiempo con el cordón umbilical todavía unido y le pedí que lo intentara", afirmó Courtney, recordando el momento en que el pediatra le recomendó no resucitar a la pequeña.

Ante su insistencia, el médico intubó a Lyla y esta pudo recuperar su color. La niña permaneció con ventilación mecánica durante los 56 siguientes días y luego pudo continuar con una cánula nasal.

Después de 126 días y pesando poco más de dos kilos, Lyla finalmente pudo irse a su casa con sus padres. Y lo mejor de todo es que nunca tuvo que volver al hospital, excepto para los chequeos médicos, que durante todo el primer año fueron semanales.

Actualmente, Courtney escribe en un blog llamado Hope, Faith and Rockstars (Esperanza, Fe y Rockstars), donde comparte la historia de su hija y espera ayudar a otras familias con hijos prematuros.

"Solo quiero que los padres sepan que con una intervención médica temprana, la supervivencia y una buena calidad de vida es posible", concluyó Courtney.


Lyla estuvo 126 días en el hospital y hoy es una saludable niña de cuatro años. Crédito: Hope, Faith and Rockstars / Captura.
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