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Educación mixta: Experta llama a “dejar de lado los prejuicios” y centrar el debate en lo pedagógico

La discusión en torno a la existencia de colegios mixtos o segregados por género se ha intensificado en el último tiempo. La decana de Educ. y CC.SS. de la UNAB, María Gabriela Huidobro, evaluó el impacto de este proceso.

30 de Abril de 2019 | 17:39 | Por Camila Mardones, Emol
SANTIAGO.- En el sistema escolar cada vez más establecimientos tradicionalmente conocidos por recibir únicamente hombres o mujeres, están optando por transformarse en colegios mixtos. El tema ha sido motivo de debate en el último tiempo y ha generado múltiples opiniones. Pero ¿cuál puede se realmente el impacto de la educación mixta versus una educación diferenciada? y ¿qué factores se deberían considerar antes de optar por uno u otro modelo?

Estos son algunos de los temas que abordó la decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, María Gabriela Huidobro, en entrevista con Emol TV.

El origen de la educación mixta

Uno de los primeros puntos que aclaró la doctora en historia y licenciada en humanidades es que la incorporación de las mujeres a salas de clases que tradicionalmente habían sido ocupadas por hombres en muy reciente en la historia. Según la decana, las primeras escuelas mixtas en nivel primario surgieron recién en Ohio, Estados Unidos, en 1830.

Hasta antes de eso, y durante siglos, la educación siempre había estado diferenciada para hombres y para mujeres. Huidobro explicó que esto respondía a los roles que cada género adoptaba en la sociedad, los que solían ser bastante rígidos.

“El origen de la educación diferenciada se basa en que siempre se concibió culturalmente que el hombre y la mujer tenían una naturaleza distinta que los habilitaba con capacidades diferentes entre sí y que impactaba en que asumieran roles que el otro no tenía”, dijo la decana.

Mientras el hombre estaba asociado a capacidades racionales, la mujer se asociaba a conductas emocionales y por ende “quedaba segregada al ámbito doméstico, la crianza de los hijos, la mantención de la casa, entre otros. Como el objetivo de la mujer era distinto, el espacio de formación también tenía que serlo”, añadió Huidobro.

La decana explicó que el desarrollo de la educación integrada entre hombres y mujeres ocurrió de la mano con la revolución industrial. “Cuando la mujer se empieza a incorporar al mundo del trabajo se hace necesario que tenga una educación e instrucción tanto técnica como en otros ámbitos formativos más humanistas, que antes sólo estaban involucrados en la educación masculina”.

La discusión pendiente

La experta añadió que el debate en torno a la educación mixta continuó levantándose en distintas etapas del siglo XX, pero criticó que su trasfondo siempre fue más bien ideológico-cultural: “El motivo por el cual se ha levantado este debate en distintas etapas del siglo XX no tiene relación con motivos pedagógicos, sino que en general ha sido impulsado por motivos económicos, sociológicos o ideológicos”, dijo la decana.

Huidobro enfatizó que la decisión respecto a si un colegio sigue un modelo educativo mixto o diferenciado debería estar centrado en los objetivos pedagógicos y la argumentación académica que respalda uno u otro sistema.

“No nos hemos puesto a pensar de fondo en para qué queremos educar. Si queremos educar por ejemplo, para tener mejores resultados académicos, entonces la respuesta puede ser muy diferente a si el objetivo último de la educación en Chile es formar buenos ciudadanos por una buena convivencia en comunidad", dijo la decana y añadió que "La respuesta o los mecanismos para alcanzar uno u otro objetivo podrían llevar a optar por una educación diferenciada o una educación mixta, pero se debe comenzar por definir eso. De cierta forma hemos puesto la carreta delante de los bueyes”.

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