A pesar de que para muchos el acurrucarse en la
ropa de cama es una sensación de relajo, también para cierto tipo de personas podría ser
perjudicial para sus pulmones, según una reciente publicación de científicos británicos.
En el estudio, publicado por el diario médico BMJ, los investigadores descubrieron la relación entre un paciente que presentaba problemas respiratorios relacionado con el
uso de plumas en la ropa de cama -como almohadas- y la poca preocupación que había respecto a esto por los profesionales de la salud.
Esto, a partir del caso de un
hombre de 43 años, no fumador, quien acudió a su médico después de experimentar durante tres meses falta de aliento, fatiga y malestar. Después de investigaciones, el británico fue diagnosticado con una
inflamación pulmonar por la infección de las vías respiratorias del tracto inferior, causada por la inhalación del polvo de las plumas de la ropa de cama.
"Dos meses después de la aparición de los síntomas, no podía estar de pie ni caminar durante más de unos minutos sin sentir que me iba a desmayar", declaró el hombre en el informe. Después de varios exámenes en que no pudieron conocer la causa de su malestar, los investigadores profundizaron en su situación y descubrieron que recientemente había
cambiado de ropa de cama sintética a una con plumas.
El equipo aseguró que la condición era una forma de neumonitis por hipersensibilidad y que se ocasionaba como una respuesta inmunitaria, en la que algunos de sus síntomas eran sudores nocturnos, tos seca y falta de aliento. Además, agregaron que pruebas posteriores al paciente mostraron anticuerpos inusualmente altos contra
el polvo de plumas de aves, incluyendo palomas y loros. Al sacar toda la ropa de cama que contenía las plumas, el paciente investigado mostró claras mejorías y con un tratamiento posterior pudo recuperarse completamente a los seis meses.
A partir de esto los científicos llamaron a los médicos a estar alertas si un paciente llega con dificultades respiratorias sin explicación alguna. "A los profesionales de la salud se les enseña a preguntar a los pacientes con síntomas respiratorios si tienen mascotas en sus casas, pero según la experiencia de los autores,
no suelen preocuparse por la exposición a las plumas en plumones o almohadas", señalaron a The Guardian.
Sin embargo, el doctor
Owen Dempsey, uno de los investigadores del reporte, aseguró que las personas no debían llegar y botar sus almohadas de plumas y plumones tras el artículo, pero sí tomar nota si es que experimentaron problemas respiratorios al cambiar la ropa de cama.
Además, Dempsey señaló que la neumonitis por hipersensibilidad era extraña y el
reporte solo cubría un caso, pero que muchos de estos podían pasar inadvertidos. "Creo que hay muchas exposiciones de las que no somos conscientes e ignoramos", añadió.