¿Qué es ser feminista en 2020? Deportistas, políticas y ejecutivas entregan su visión ad portas del Día de la Mujer

Para mí ser feminista tiene que ver con reconocer y promover la igualdad de opciones, de trato, de las mujeres en relación a lo que los hombres han tenido a lo largo del transcurso de la humanidad.

Es equiparar eso, igualarlo. No tiene que ver con reconocernos iguales, porque no somos iguales, pero sí tenemos un nivel de igualdad que tiene que estar propiciado en las oportunidades, en las políticas de Estado y en los distintos ámbitos que la sociedad y que la humanidad destaca, donde la mitad del mundo es femenino.

Ser feminista es tener una ética, una forma de estar en el mundo para cambiarlo con una visión horizontal, incluyente, donde no haya dominación de unos grupos sobre otros. Es también participar de un movimiento político y social, articulado en torno a un proyecto colectivo y emancipador.

Es ser muchas cosas, especialmente en estos momentos de la contingencia en nuestro país. Ser feminista es un concepto cultural, social. Visto desde la cultura, es parte sustancial de la sociedad, de la cultura. El apego que hay de la mujer, de lo femenino con la tierra, con la vida, con la familia, con la sociedad, hoy día también extrapolarlo con la nación. Yo creo que el feminismo tiene esta dimensión social pero también cultural, de la mirada amplia, generosa, de la comprensión, de ponerse siempre en el lugar, de tratar de entender las situaciones, los procesos de entrega. Creo que hoy día el feminismo juega un rol fundamental en los desafíos que está enfrentando la sociedad, en todos los ámbitos: culturales, políticos, sociales, intelectuales, científicos... Y bueno, y además que está el legado de las mujeres feminismo en el patrimonio, en la cultura de nuestro país, que es enorme. Yo creo que también es una oportunidad hoy día de volver a leer y releer las creadoras chilenas de nuestro patrimonio.

Para mí ser feminista es creer que tenemos el potencial, creer que logramos hacer cambios, es creer y asumir que nuestro rol de acuerdo al que quisiéramos ocupar tiene un impacto importante en la comunidad, tiene un impacto necesario en la comunidad y nos permite demostrar que podemos cambiar, que hay un potencial enorme en toda América Latina, que nuestro nicho y espacio donde nosotras como guerreras estemos trabajando por nuestros valores y por lo que creemos.

Es reconocer que todos, hombres y mujeres, hemos construido una norma de género que como sociedad hemos decidido que está obsoleta. Para deconstruirla tenemos que examinarnos día a día, y con ello construir un mejor futuro. Ser feminista hoy es terminar de hacer la tarea que otras comenzaron para que no sea un tema para las generaciones que vienen. En la investigación no podremos abarcar todas las preguntas, ni la diversidad de respuestas posibles a los complejos problemas de nuestro país, si no incorporamos a más mujeres.

Hoy en día, si las mujeres avanzamos, avanzamos todos. En esa línea, para mí significa asumir y relevar la necesidad de contar con espacios de desarrollo más diversos e inclusivos, donde las oportunidades estén al alcance de todas y todos en la misma medida. Hoy más que nunca creo que la participación activa de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad es fundamental e imperativa. Debemos ser parte de todos los espacios y debates. La mujer, su voz y su talento le inyectará al país todo su potencial transformador.

Para mí ser feminista hoy tiene que ver con trabajar y luchar día a día porque las mujeres y las niñas y las jóvenes tengamos los espacios que merecemos en condiciones de igualdad y de equidad, porque por el hecho de ser mujeres no podemos seguir siendo excluidas de todo aquello en lo cual podemos participar. Es un trabajo diario que además me parece tiene que relacionarse también con incluir a los hombres en esta visión, porque tal como dice Chimamanda, una extraordinaria feminista nigeriana, tenemos que ser todos feministas.

Ser feminista en el Chile del 2020 es entender que parte de los problemas estructurales de la desigualdad que vivimos, incluido el cambio climático, es la desigualdad de género y no lo vamos a solucionar sin nosotras. Paridad.

El feminismo no es una bandera de izquierda ni de derecha. Es una bandera ciudadana, una bandera de todas nosotras, de todas las mujeres. Si ser feminista es querer igualdad de oportunidades, es querer equidad en el trato, y un trato más justo y menos violento con las mujeres, entonces soy feminista y soy de derecha.

Ser feminista en el 2020 significa jugársela por un trato digno para todas. Jugársela por el respeto a la libertad de ser quien queramos ser. Jugársela por eliminar todas las barreras y toda forma de discriminación. Ser feminista en el 2020 es luchar para que en Chile ninguna mujer quede atrás.

Ser feminista hoy es luchar por nosotras, pero también por todas y todos que han estado históricamente excluidos de los espacios de poder.

Creo que el rol de la mujer debe ir más allá de la lucha, de las protestas. Eso fue el empeño de todo el siglo pasado e incluso de tiempos anteriores. La lucha más larga de la humanidad por sus derechos, fue la de las mujeres, para cambiar la condición femenina en la que las catalogó el sistema dominante del patriarcado. Ahora, llegó la hora de imponer nuevas conductas a la sociedad, de ocupar el rol que les corresponde a las mujeres en todas las áreas de la vida cotidiana sin tener que recurrir a ninguna discriminación positiva ni someterse al sistema machista del patriarcado. Llegó el momento en que la sociedad debe funcionar con la plena normalidad en términos de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. El ser humano vive desde que se creó el universo, el día y la noche, así debe ser la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres: una evidencia y una normalidad. Ya es el momento de ocupar todos los espacios en paridad sin ironizar que las mujeres no están preparadas aún.

Significa que mujeres y hombres tienen las mismas capacidades y talentos, y pueden desarrollar cualquier actividad como miembros de una sociedad. Para mí es fundamental conseguir que las mujeres tengan igualdad de oportunidades. En particular, me he preocupado de sensibilizar donde puedo sobre los temas específicos donde estas oportunidades no son equivalentes para las mujeres. El respeto a la diversidad para mí es esencial.