Un estudio realizado por la firma Accenture Chile reveló que en los próximos 10 años el país podría sumar alrededor de 13 mil millones de dólares extras al PIB, siempre y cuando se invierta en nuevas tecnologías y se capacite a las personas en habilidades que serán necesarias en un futuro cercano.
El director ejecutivo de Accenture Chile, Nicolás Goldstein, dijo en EmolTV que aun cuando este trabajo se realizó antes que estallara la pandemia del nuevo coronavirus, la crisis sanitaria sólo ha reafirmado la importancia de avanzar en la formación de una nueva generación de trabajadores que tengan habilidades que le permitan interactuar y manejar las nuevas tecnologías.
"El actual escenario presentado por la pandemia del Covid-19 ha sido un cachetazo para que despertemos y para que entendamos que las situaciones cambian rápidamente. Tenemos que asumir que el cambio tecnológico viene y que tenemos que estar preparados para enfrentarlo", dijo el ejecutivo.
Agregó que la crisis sanitaria global ha desnudado esta situación mostrando empresas que rápidamente pudieron asumir un formato de trabajo a distancia, por ejemplo, con personal preparado en términos digitales, y otras que perdieron importante tiempo tratando de implementar y manejar estas nuevas tecnologías. De ahí la importancia, Añadió Goldstein, de la necesidad de preparar a los trabajadores para un futuro que cada vez está más cercano.
"El futuro está en nuestras manos y depende de nosotros que sepamos albergar las nuevas tecnologías y de capacitar a la gente que trabaja en el país para ser capaces de usar esas nuevas herramientas. Con esto lo único que vamos a hacer es mejorar nuestras posibilidades de trabajo, ser más productivos y al final, si uno quiere hablar de números, aportar al país varios miles de millones de dólares al PIB", dijo el ejecutivo.
Explicó que en el estudio, llamado "El Futuro del Trabajo en Chile", se establece por ejemplo que el 38% de la actual fuerza laboral del país podría ser automatizada, lo que sin duda es una mala noticia para los trabajadores ya que generará desempleo, pero también abrirá otras oportunidades y plazas laborales para las cuales hay que estar preparado.
De ahí que el desafío ahora pasa por saber dónde están las mejores oportunidades para la industria nacional en términos de inversión tecnológica y cuáles serán las nuevas habilidades que se necesitarán de los trabajadores y en definitiva lo diferenciarán de las máquinas como razonamiento complejo, creatividad, capacidad de innovación, negociación y percepción sensorial, para lo cual hay que prepararse.
Por ejemplo, a futuro en la minería nacional quizá no se requerirá tanta mano de obra física porque esa función estará en a cargo de máquinas, pero sí se requerirán más técnicos que se hagan cargo de esos equipo y expertos en computación que puedan manejarlos, explicó Nicolás Goldstein.
