Un extraño hecho tuvo lugar en
Guaca, una localidad ubicada en la costa caribeña de Venezuela, donde
desde finales de septiembre fueron apareciendo piezas de oro y plata en su playa.
El primer hallazgo lo hizo un joven pescador cuando regresaba a su choza una mañana después de haber ido a la letrina y vio algo que brillaba. Revolvió la arena con su mano y sacó un medallón de oro con una imagen de la Virgen María.
"Me puse a temblar, lloré de alegría", dijo Yolman Lares, de 25 años. "Fue
la primera vez que me pasó algo bonito", agregó, según publicó The New York Times.
La noticia del descubrimiento se difundió rápido por el pueblo y
pronto la mayoría de sus 2.000 habitantes comenzaron a buscar tesoros. Y tuvieron suerte: desde entonces
han encontrado cientos de piezas de joyas de oro y plata, adornos y pepitas de oro.
Nadie sabe cuál es el origen del inesperado "tesoro". Algunos piensan que proviene de algún cofre de piratas que fue removido por una tormenta, mientras que otros creen que es una maniobra del gobierno de Nicolás Maduro para calmar las protestas de los locales por las malas condiciones de vida.
Guaca y los pueblos cercanos, alguna vez abastecieron a América Latina con sardinas y atún enlatado. En la actualidad solo sobreviven ocho de las 30 plantas de sardinas y aunque
los pescadores continúan trabajando, deben vender la mitad de sus capturas al gobierno a precios bajísimos.
Una familia busca oro en la arena. Crédito: The New York Times.Una prueba química encargada por The New York Times a un eslabón de una cadena, indicó que
la pieza fue fabricada con oro de 18 kilates probablemente en Europa en las últimas décadas.
Sin importarles su origen, los habitantes de Guaca
no dudaron en vender las piezas para poder comprar comida. "Todo lo que agarramos, va a la boca", señaló Hernán Frontado, quien encontró varias piezas de oro.
Lares, quien dio con la primera de todas, usó el dinero que le dieron por ella y otras piezas para comprar alimentos básicos, panes dulces para sus hijos, arreglar un televisor roto y comprar un parlante para que su familia pueda entretenerse.
El joven todavía guarda un par de aros decorados con estrellas que encontró en la arena. No quiere desprenderse de ellos, porque le recuerdan a los antiguos navegantes que cruzaron el Caribe guiados por estrellas.
"Es la única cosa bonita que tengo", dijo.
Aunque han pasado los meses,
los habitantes de Guaca todavía encuentran ocasionalmente pequeños objetos dorados en la arena. Al atardecer, cuando la playa está tranquila, se puede ver a algunos habitantes sentados junto a las olas, rastrillando con sus manos con la esperanza de hallar algo más.