Una de las características que no se puede soslayar de la vida pública de Felipe de Edimburgo –quien murió hoy a los 99 años– son los numerosos comentarios que lanzó en distintos actos oficiales, algunos con ironía y hacia sí mismo, y otros al borde del racismo.
"La gente tiene la impresión de que al príncipe Felipe no le importa nada lo que piensen de él y tienen razón", dijo el e xprimer ministro británico, Tony Blair, en sus memorias.
"Que me traigan una cerveza" y otras frases poco diplomáticas
"Ah, ¿eres tú el que conduce ese horrible coche? A menudo lo vemos yendo al castillo de Windsor", le dijo al cantante Elton John, en 2001. Ese mismo año, un niño le confesó que soñaba con ser astronauta y el duque le respondió que estaba demasiado gordo para volar: "Nunca podrás volar ahí dentro, estás demasiado gordo", afirmó.
En otra ocasión, cuando le preguntaron si le gustaría visitar la Unión Soviética, dijo: "Me encantaría visitar Rusia, aunque esos cabrones asesinaron a la mitad de mi familia", en alusión a la suerte de los Romanov.
"¡Parece que está usted listo para irse a dormir!"
Al presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, que estaba vestido con un atuendo tradicional
En el año 2000, en una cena en Roma, el primer ministro italiano Giuliano Amato le ofreció vino italiano y el príncipe le respondió: "Que me traigan una cerveza. No me importa cuál, pero que me traigan una cerveza".
"¡Parece que está usted listo para irse a dormir!", lanzó, en 2003, al presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, que estaba vestido con un atuendo tradicional.
En 1999, la orquesta de una escuela de jóvenes con discapacidad le dio la bienvenida en Gales. El príncipe dijo a las personas con problemas auditivos: "¿Están sordos? ¡No me extraña si tienen que escuchar esto a menudo!".
Durante la recesión de 1981 comentó, acerca de los desempleados: "No lo entiendo: primero dicen que quieren más tiempo libre y ahora se quejan de estar sin trabajo". Y a Malala Yusafzai, que sobrevivió a un ataque talibán contra un autobús escolar en 2013, le dijo que los niños "van a la escuela porque sus padres no los quieren en casa".
"Entonces, ¿no te comieron?"
En Kenia, en 1984, le respondió a una joven que le regaló flores: "Gracias, señora... Es usted es una mujer, ¿verdad?". Y, en 2009, a una compañía de bailarines negros les preguntó: "¿Todos ustedes son de la misma familia?".
"Gracias, señora... Es usted es una mujer, ¿verdad?"
Felipe a una joven que le regaló flores en Kenia
"Entonces, ¿no te han comido?", le preguntó, en 1998, a un estudiante que volvía de una travesía en Papúa Nueva Guinea. Y en 1994, a un rico habitante de las Islas Caimán le dijo: "Casi todos ustedes descienden de los piratas, ¿no?".
En 1986, recomendó a un grupo de estudiantes británicos que realizaban prácticas en China: "No se queden mucho tiempo o se les pondrán los ojos rasgados".
En otra oportunidad, en 1999, al ver un contador eléctrico viejo y defectuoso durante una visita a una fábrica escocesa afirmó: "Sin duda fue instalado por un indio". "¿Pero cómo convence usted a la gente de por aquí que deje de beber alcohol hasta que consiga su licencia (de conducir)?", preguntó, en 1995, a un instructor de autoescuela en Escocia.
En 2013, le dijo a enfermeras filipinas que trabajaban en un hospital en el Reino Unido: "Filipinas debe de estar medio vacío. Todos están aquí haciendo funcionar el NHS" (servicio de salud pública británico).
"¿Me arrestaría si abro la cremallera de este vestido?", preguntó a un policía en 2012, refiriéndose a una joven rubia que llevaba un ceñido vestido rojo. En 1966 había asegurado que "las mujeres británicas no saben cocinar".
Pero también fue capaz de reírse de sí mismo. En 2017, al inaugurar una placa en un estadio de cricket en Londres señaló: "Están a punto de ver al experto mundial de las inauguraciones de placas". Y en 2011, a punto de cumplir 90 años, afirmó: "Empiezo a caerme a pedazos".
