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Chile tiene nuevos tragos: La historia de 12 etiquetas y destilados nacionales para brindar con productos de nuestra tierra

Empresarios y emprendedores que incursionaron en el mundo del alcohol, han convertido su gusto personal en un legado que se puede saborear con moderación por todo el país. Producen desde las 500 a las 130.000 unidades, ofreciendo distintas fórmulas de absenta, cerveza, espumante, gin, pisco, vermut, vino y whisky.

15 de Junio de 2021 | 14:01 | Por José Manuel Vilches, Emol.
  • 1.En lo más alto



    Una quincena de agricultores de San Pedro de Atacama, pertenecientes al pueblo originario lickan antay, se unieron en 2017 para internacionalizar los mostos del desierto. Lo hacen a sus 60 años de edad, entre 2.400 y 3.200 metros de altura sobre el nivel del mar, por lo que sus viñedos son los más altos dentro del territorio nacional. Uno de sus exponentes estrellas se bautiza Ayllú, y corresponde a un tinto con tres ensamblajes distintos: Malbec con País; País con Syrah; y Syrah con Petit Verdot. Una mezcla hecha con uvas elegidas a mano, en que aseguran es el fruto de cada productor en los 365 días del año. Al preguntarles por qué sería un obsequio ideal, son enfáticos: "En Chile existen muchos vinos de producción masiva, pero vino como el nuestro son menos del 1%. Así de exclusivo es regalar el desierto en una copa de vino", respondieron a Emol.

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  • 2.Tradiciones que cumplen un siglo



    Al interior del fundo San Juan en El Arenal, a unos cuatro kilómetros de Vicuña, se encuentran las instalaciones de la Pisquera Aba. Un proyecto que nació en 1921, de la mano de Alberto Aguirre, quien quería producir su propio pisco y exportar los mejores productos del Valle del Elqui. Un siglo después y la tradición sigue viva, hoy en día bajo la dirección de los socios Blanca Bustos, Jorge de la Barra y Gerardo Pérez-Cotapos, quienes han continuado desarrollando nuevas marcas. Una de ellas es el Círculo del Elqui, un pisco lanzado en 2019, hecho con Moscatel de Alejandría y Pedro Jiménez, que en su año debut vendió más de 72.000 botellas. "Este se fue creando junto con los amigos después de varias catas a ciegas del pisco y en piscolas, hasta llegar al mejor sabor. Una vez logrado ese sabor especial, lo filtramos tres veces para dejarlo libre de impurezas", cuenta Christian Bertholet, encargado de la marca. Para él, es un buen regalo para los papás de hoy, que "siguen teniendo ese espíritu joven, con ganas de compartir y pasarlo bien".

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  • 3.Sabor, pasión y creatividad en latas



    Si hay que hablar de cervezas con estilo, se debe mencionar a las de Hasta Pronto Brewing Co. un proyecto creado por cuatro amigos treintañeros, que afiatados por su gusto a la birra, la ciencia, la cultura y el arte, decidieron elaborar su propia marca. Lo hicieron en 2015 en San Bernardo, pero en 2016 se instalaron en la comuna de Independencia, donde aseguran han tenido un buen recibimiento de la comunidad, los vecinos y la municipalidad. Basta con solo mirarlas, para enterarse de las atrevidas y coloridas ilustraciones que visten sus productos, las que trabajan en conjunto con el diseñador Michel Tumani, un artista nacional, amante de las patinetas, fundador de The Pill Skateboard Company. Sin más ni menos, el resultado ha sido todo un éxito, lo que les ha permitido producir aproximadamente 130.000 latas al año. Una de ellas es la West Coast IPA llamada "...y gracias por los lúpulos", una cerveza de color claro, de amargor medio, con aroma a mango, pomelo y limón. "Es un momento de entender que las cervezas que nos muestra la gran industria son sólo una pequeña parte de lo que es el mundo cervecero", sostienen a Emol.

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  • 4.Vinos con vocación urbana



    Hace cinco años que dos amigos de infancia decidieron unir su visión para crear un vino premium. Se trata del enólogo Ignacio Conca y el arquitecto Jorge Forni, quienes buscaban reflejar y destacar el carácter propio del barrio forestal en una sola botella. Así fue como crearon Forestal Wines y empezaron a contactar a pequeños productores de los mejores terruños del país. Y es que para ambos socios, "cada copa lleva el alma del terroir a la vida cotidiana". En esta búsqueda dieron con agricultores de Marchigüe, una localidad ubicada justo en la intersección de las provincias de Colchagua y Cardenal Caro, con quienes establecieron redes colaborativas y han llegado a sacar unas 5.000 botellas al año. Una de ellas es El Cineasta, un tinto rojo azulado ensamblado con cepas de Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, el que guardaron por al menos ocho meses en barricas de madera francesa. "Es un vino cosmopolita, con un fino y largo final, que proyecta modernidad y elegancia. Te invita a vivir las mejores escenas", dicen a Emol.

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  • 5.Del descanso a la producción



    Corría el año 1983 cuando los San Martín Schröder compraron la parcela número 18 en el sector de San Luis de Almahue, en la comuna de Pichidegua. Un terreno ubicado entre los ríos Cachapoal y Tinguiririca, que —según cuentan a Emol— habían adquirido para descansar y compartir en familia. Sin embargo, las excelentes condiciones de su terroir hicieron que les picaran las manos. Cinco años después ya estaban trabajando en las primeras plantaciones de Cabernet Sauvignon, las que les daría su primer vino en 2007. A raíz de su éxito, duplicaron la producción, se abrieron a otras cepas y fundaron su propia viña en 2018: De Santos y Reyes. Una empresa que para su debut logró etiquetar unas 7.150 botellas. De ellas, más del 40% correspondían a Jaque Mate. "Un Carmenere de edición limitada y que en su mezcla incluye un pequeño porcentaje de Chardonnay, que no solo lo hace novedoso, sino que también le aporta frescura e identidad. Es algo distinto a lo que estamos acostumbrados a degustar", explican los fundadores Nicolás Reyes y Magdalena San Martin.

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  • 6.Los vermuteros que rompieron el esquema colchagüino



    Colchagua ya no es sólo vinos. Bien lo sabe el matrimonio compuesto por el tecnólogo médico Víctor Pastrán y la psicopedagoga Victoria González, ambos oriundos de la zona. Y es que juntos crearon, en 2020, una pequeña agrícola para crear vermús. La famosa bebida alcohólica que James Bond siempre pedía en las barras y que no sólo se goza como aperitivo, sino también como base para distintos cocktails como el Negroni, el Manhattan e incluso el Pichuncho. "Partimos como una respuesta a tener un vermut de calidad en nuestro país, pero que esté producido con vinos patrimoniales y botánicos endémicos de la sexta región", explica Pastrán a Emol. Así nació el Vermut del Gallo, un vermú tipo rosso, elaborado con cepa País y más de treinta especies naturales, entre las que destacan el ajenjo, el matico, la rosa mosqueta, el boldo y una planta llamada pingo pingo. Y bien que lo han hecho, ya que de a poco se están acercando a las 1.000 botellas anuales. Todo un clásico renovado que pronto no será el único de esta empresa familiar, que cada día se está agrandando, y que pronto busca etiquetar otros productos que no están en el valle.

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  • 7.La receta mejor guardada de Punta de Lobos



    Cerca de una década tardó el belga Arnaud Frennet en perfeccionar la mezcla de su cerveza ideal. Una que le recordara a las birras europeas de mayor cuerpo, comunes en su tierra natal. Para lograrlo fue de vuelta, se formó y se devolvió a Punta de Lobos, donde empezaría a producir oficialmente en 2016. Desde entonces que junto a su esposa, Vania Arce, han trabajado en conjunto cada detalle de Viejo Lobo. Un proyecto llamado así en honor a todos los amigos que invitaron a degustar, para que fueran opinando y progresando. Para ellos, "la receta tenía que adaptarse al lugar y no al revés". Es por esto que se fueron por el camino de la fermentación libre, lo que se vería potenciado por su proximidad al mar y las pocas oscilaciones de temperatura que bañan este hito turístico de Cardenal Caro. El resultado es un producto que varía debido a la ausencia de control y que cada vez se hace más único, lo que distinguen con una etiqueta en la que se enseña el número de la semana y la estación del año en la que se creó. Una singularidad que está marcando la nota alta en el balneario, y que les ha permitido producir más de 50.000 botellas al año. Un número que, estiman, va en aumento.

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  • 8.Se viene el clandestino



    En abril de 2020 la pandemia fue tomando fuerza por todo el país, y lo que para muchos fue un declive, para algunos fue una oportunidad. Así lo vieron Nicholas Robertson, Javier de Vicente y Camilo Torrealba. Tres amigos de toda la vida, unidos por la infancia y las vacaciones en Vichuquén. Para ellos, la mejor forma de sortear la crisis sanitaria fue emprender. La idea era iniciar un proyecto relacionado con el alcohol, pero el grueso número de cervecerías y destilerías nuevas en el mercado los obligó a ir más allá. "Decidimos hacer algo completamente diferente, no muy conocido en Chile, llamado moonshine. Un tipo de whisky de los tiempos de la Ley Seca Americana, llamado así por los contrabandistas que lo destilaban a la luz de la luna", contextualizan a Emol. Así nació The Old Bastard Chilean Moonshine del cual han producido unas 200 botellas al mes, pero que en septiembre de este año saltaría a las 3.500 unidades. Los hay en tres variedades: raw, limón jengibre y canela. El último es un macerado con notas dulces, pero que termina "con pequeños destellos picantes".

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  • 9.Se pensó y se hizo



    Como un "proyecto pandémico familiar". Así describe Jaime Lavín el nacimiento de su propia bodega y destilería Casa Luther. Un desafío que nació en los primeros meses de la crisis sanitaria, cuando el encierro, la incertidumbre, las clases online y el exceso de trabajo eran pan de cada día. Un cuarteto de factores que llevó al ingeniero de 37 años a encerrarse constantemente en su cocina, con el fin de despejarse por la noche y descansar. Sin embargo, nació la idea y echó los motores a andar. Decidió lanzar y producir vermú, un destilado que ya había hecho antes y que estaba resurgiendo en nuestro país. Para ello investigó y probó más de 80 especies botánicas, hierbas, cortezas y flores de todo Chile. Juntó 44 de ellas, y con un vino orgánico de Guarilihue —a 73 kilómetros al oeste de Chillán— nació Vermut Luther. Un Rosso dulce que vio su primera partida para Navidad, en el que destacan las notas de cardamomo, naranja, canela y clavo de olor. Hoy saca 60 botellas de este tipo cada semana. "Sin duda nos llevará la época de nuestros padres y abuelos, de una historia antigua que toma fuerza para volver a estar presente", asegura Lavín a Emol.

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  • 10.El gin penquista



    El ingeniero civil químico Alexander Strube y el odontólogo Nicolás Cueto fundaron en 2020 la Destilería Biobío. Un proyecto nacido para empujar con fuerza el carácter regional, y compartir con el mundo las bondades de su querido territorio. Dos años antes, fascinado por sus experiencias en Europa y el gusto por la coctelería, Cueto le comentó la idea a su amigo. "Con mis conocimientos de procesos productivos industriales analizamos el cómo y confirmamos que teníamos todas las condiciones para iniciar las primeras pruebas", cuenta Strube a Emol. Así empezaron a realizar los primeros ensayos en un alambique casero, probando más de 30 recetas hasta dar con la definitiva. El resultado es Zest, el primer gin de Concepción, que toma el nombre de las cáscaras de los cítricos "y además tiene el significado de ánimo, entusiasmo, gusto o vivacidad" en inglés. Según cuentan, los primeros en probarlos fueron sus amigos y familiares, y dado que la recepción fue todo un éxito se embarcaron. Con todo, el año pasado etiquetaron unas 500 botellas y en este ya van unas 3.000, número que esperan triplicar. Su objetivo es claro, generar una experiencia en los entendidos del gin y sobre todo en las personas que buscan cambiar su bebida tradicional.

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  • 11.La destilería que cortó los prejuicios



    Eric Caballero estudió derecho en la Universidad de Chile, egresó en 1995, pero desde 2003 que se dedica a una ciencia completamente distinta. Se lo debe a las enseñanzas de su abuelo Alfredo Sepúlveda, un viñatero artesanal que en la década de los 50 comenzó a producir vinos y aguardientes en el Biobío. Décadas después su nieto haría lo mismo, elaborando el primer absenta de la era post-prohibicionista en Chile y toda América. "Es un producto muy de nicho y hay gente que tiene hasta miedo de beberlo", dice a Emol. Incluso cuenta que cuando formó la Destilería Talcamávida —junto a Miguel Caballero, Danko Tomicic y Pablo Contreras— tuvo que enfrentarse con el Servicio Agrícola y Ganadero, pero en 2011 un decreto presidencial agregó las bebidas alcohólicas en base a ajenjo al reglamento. Así y todo continuaron con su cometido, produciendo unas 2.000 botellas de absenta al año. Su producto estrella es el Dragon Vert, de un verde anisado y 75 grados. A él se le suman las más de 600 unidades de whisky de malta bautizado MillaKöru, o "Jugo de oro" en mapudungun, el que realizan con aguas de vertientes locales, alambiques de cobre y turbas de Magallanes y Nahuelbuta.

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  • 12.Un espumante que unió generaciones



    La Patagonia Norte aloja un proyecto entusiasmante, en el que distintas generaciones de los Brintrup y los Astaburuaga se mezclan en un viaje culinario hacia el pasado, poniendo en valor el sabor de un producto que no muchos conocen: el ruibarbo. Un vegetal que llegó a la zona desde Europa, cuando todo era virgen e indómito, y que algunos de los miembros de estas familias pudieron conocer en Inglaterra. A su regreso a Puerto Varas descubrieron que esta planta "era una amiga conocida" de las recetas que guardaban sus antepasados, por lo que decidieron cosecharla para el consumo personal. Tal fue la abundancia que luego de dulces, mermeladas y postres siguieron experimentando, hasta que un impulso natural por celebrar los llevó a buscar formas de fermentación. Así nació RUI, un espumante que vio sus primeras 200 botellas salir en 2016, y que gracias a las distintas condiciones que bañan los prados de Nueva Braunau ha podido multiplicarse hasta llegar a las 20.000 etiquetas por año. "Es ideal para padres que se atreven a probar cosas nuevas y diferentes. Con notas únicas y refrescantes, que tienen la versatilidad de abrazar otros licores ideales para una coctelería de lujo", describen a Emol.

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