Ahora, por ley, abofetear o zamarrear a un niño se considera una agresión igual a la cometida sobre un adulto.
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La nación británica de Gales prohibió todos los castigos corporales a los niños, a través de una ley que comenzó a regir este lunes.
De este modo, abofetear o incluso zamarrear a un niño ahora se considera una agresión equivalente a la perpetrada sobre un adulto.
Hasta ahora, en Gales se toleraban las bofetadas a los menores si se trataba de un "castigo razonable", lo que dependía de factores como la marca que dejaban.
Así sigue siendo en Inglaterra e Irlanda del Norte. Mientras que en Escocia esto no está permitido.
Las cuatro naciones que forman el Reino Unido tienen sus propios parlamentos regionales con competencias en materias como la salud o educación.
Más de 60 países de todo el mundo tienen una legislación contra el castigo físico de los niños.
La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño establece que los menores deben ser protegidos de los daños físicos y mentales.