La medida permitirá, entre otras cosas, que las personas conozcan el historial médico de sus progenitores.
El Mercurio (Imagen referencial)
A partir de ahora, los donantes de esperma y de óvulos en Francia deben consentir que los niños que ayudaron a concebir puedan –cuando sean adultos– conocer su identidad y tener "acceso a los orígenes personales".
Así, los niños nacidos de donaciones efectuadas desde el jueves 1 de septiembre en adelante podrán pedir, una vez que sean adultos, conocer quién es "su" donante.
Esta medida no se aplica a quienes efectuaron sus donaciones antes de esa fecha. En este caso, se pondrá en marcha una comisión para ayudar a los actuales adultos a hallar a los donantes, pero sin garantías de éxito, ya que estos últimos podrán oponerse a que se revele su identidad si se los contacta.
Según explica la doctora Florence Eustache, de la Federación de Cecos –encargada de gestionar donaciones de gametos–, hace 40 años, cuando se efectuaron las primeras inseminaciones, la esterilidad en una pareja se vivía como una "vergüenza" o como un tabú, y algunos padres no les contaban a sus hijos las condiciones de su concepción.
Psicólogos aconsejan a las familias ser transparentes en el tema
No obstante, actualmente, los psicólogos aconsejan a las familias transparencia y se entiende mejor la voluntad de los menores de conocer sus orígenes. Por esto, la experta señala que esta reforma "era inevitable, porque acompaña a un cambio en la sociedad".
Para miles de adultos nacidos por donación, se trata de "una búsqueda personal fundamental", señala Alexandre Mercier, de la asociación PMAnonyme y quien identificó a su padre biológico tras comparar su ADN con los resultados de una base de datos en línea.
Para Mercier, se trata de "ponerle cara a ese hombre o a esa mujer, saber a quién debemos nuestros rasgos físicos, conocer su historial médico y diferenciar lo que hemos adquirido a través de nuestros genes de nuestra educación".
Sin embargo, "no se trata de sustituir a nuestros padres que nos han criado, ni de dejar de quererlos", agregó el hombre, de 36 años, quien está en contacto regular con su padre biológico desde que lo encontró.