Según Jorge Fabres, los flotadores más recomendables son los que van fijos al cuerpo, no aquellos que solo se ajustan a los brazos o la cintura.
LUN (imagen referencial)
Vacaciones, verano y calor son sinónimo de piscinas y entretención, pero también de
asfixias por inmersión sobre todo en los más pequeños. Es por esto que los padres y adultos que estén al cuidado de niños, deben
tomar medidas para evitar que ocurran accidentes que pueden ser incluso fatales.
"La posibilidad de accidentes de asfixia por inmersión es una realidad en esta época del año", advierte Jorge Fabres, presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), en entrevista con EmolTV. En este sentido, el médico es enfático en señalar que
"los niños no pueden estar en ningún momento solos (...) la vigilancia debe ser permanente".
Esto porque, según destaca Fabres, las asfixias por inmersión pueden ocurrir tanto en una gran piscina, como en un simple balde con agua.
A juicio del médico, la primera medida de seguridad con la que se debe contar es un
sistema que evite que los niños accedan a la piscina. "Rejas adecuadas, que no puedan pasar entre los barrotes y tampoco por arriba", afirma.
Respecto a la posibilidad de que los menores asistan a
clases de natación, Fabres señala que no está en contra de ello, pero advierte que
incluso con ellas "un niño está en riesgo de ahogarse igual".
Y sobre el
uso de flotadores, el presidente de la Sochipe sostiene que
los más seguros son los que van fijos al cuerpo, pero -agrega- "aun así un niño puede ahogarse".
En relación a c
ómo se debe actuar en caso de que un niño caiga al agua, Fabres indica que lo más importante es
fijarse si respira y si tiene frecuencia cardíaca. Además, indica que si no existe una persona con conocimientos en reanimación,
lo más recomendable es tomar al niño y llevarlo a la urgencia más cercana.
"Para hacer reanimación hay que tener algún grado de entrenamiento, porque una maniobra mal hecha puede ser peor", asegura.
Revisa la entrevista completa a Jorge Fabres a continuación: