Alberto II, el príncipe de Mónaco, junto a su esposa Charlene.
AP
Los Grimaldi, la familia real de Mónaco se encuentra en medio de un escándalo. Esto porque un ex administrador de la fortuna del príncipe Alberto II, reveló que ellos son titulares de cuentas en paraísos fiscales y expuso irregularidades en los contratos con sus empleados. Pero además exhibió que estaban rodeados de lujos y que tenían un estilo de vida excesivo y fuera de proporción.
Las declaraciones fueron publicadas este miércoles por medios franceses como Le Monde y Libération que mostraron extractos de la contabilidad que durante 22 años llevó Claude Palmero, el ahora ex asesor de los príncipes del país europeo.
En junio del año pasado,
él fue destituido y acusado de fraude por la familia Grimaldi, la que también lo criticó por haber intentado de apropiarse su patrimonio. Sin embargo, el propio
Alberto II envió un mensaje a Le Monde
rechazando esas informaciones y también dijo que Palmero fue desleal.
Discreto y desconocido para la mayoría, Claude, de 67 años, fue expulsado del Palacio, pero se llevó consigo algunos cuadernos en los que anotaba los excesivos gastos que el príncipe Alberto autorizaba para toda la familia, y la de su esposa Charlene Wittstock, incluyendo a los hijos que tuvo fuera de su matrimonio.
Las notas del contable indican que las fronteras entre el presupuesto personal del príncipe, su dotación oficial y el patrimonio del Principado se difuminan para pagar los lujos de la familia. El propio Palmero pone a su nombre bienes adquiridos para evitar pagos de impuestos o que unos se enteren de los caprichos de otros.
El ex asesor también alertó del trabajo ilegal de algunos de los asistentes de la familia y aseguró que el monarca autorizaba gastos que el Palacio quería evitar que fueran conocidos de la población para no crear escándalo sobre su estilo de vida.
Por todo lo anterior, el príncipe está siendo investigado por el Consejo de Europa por su falta de transparencia fiscal, ya que tenía 258 millones de euros en cuentas en paraísos fiscales. En concreto, en bancos de Panamá y de otros países, según dio a conocer Libération.
Palmero señaló que esas "estructuras" -en referencia a las cuentas en paraísos fiscales- son anteriores a su llegada al puesto y los abogados de los Grimaldi le acusan de no haberlas puesto fin a su llegada al cargo.
Tras la polémica, el propio Alberto II envió un mensaje a Le Monde, en el que destacó que los
hechos están en manos de la justicia y justificó el despido de Palmero por la "ruptura de la confianza", al que a su vez calificó de desleal.
El príncipe también reprochó a su ahora ex contable, ya que dijo que él le ocultó el estado real de sus finanzas y aseguró que la auditoría que han encargado tras su salida "ha revelado una situación catastrófica".
"El señor Palmero puso a su nombre la totalidad de los bienes de la familia", indicó el soberano, que precisa que han necesitado "numerosos meses de procedimientos judiciales" para recuperarlo.
