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¿Está bien ingresar la tarjeta de crédito para reservar? Expertos desmenuzan las tendencias "modernas" de los restaurantes

Un chef, un sommelier y otros cuatro especialistas fueron consultados por el medio "The Guardian", para discutir las normativas actuales de la escena gastronómica internacional, en un contexto desafiante debido a la pandemia y otros factores operativos. ¿Te has topado con alguna de estas situaciones? ¡Comparte tus impresiones!

Esta es la pregunta que propuso "The Guardian" al adentrarse en el complejo debate sobre las normativas actuales en la escena culinaria y el comportamiento esperado en los restaurantes hoy en día. Con el objetivo de desentrañar esta interrogante, el medio británico convocó a un diverso grupo de expertos: la chef Meriel Armitage, el sommelier Glen Montgomery, la asesora Lorraine Copes, el instagrammer Kar-Shing Tong y dos escritores, Elizabeth Carter y Tony Naylor.

Estos expertos se dedicaron a examinar una amplia gama de temas —desde los códigos de vestimenta hasta las políticas de reserva que requieren tarjeta de crédito— enfrentándose a la tarea de clarificar las incertidumbres más habituales que acompañan las nuevas tendencias culinarias y las expectativas alrededor de la mesa.

En un contexto donde la pandemia ha elevado los costos operativos y mermado el personal disponible, los restaurantes se encuentran ante el reto de satisfacer las expectativas de sus comensales sin comprometer la calidad o la experiencia. Aunque las respuestas definitivas puedan ser esquivas, el panel ofreció valiosas perspectivas sobre cómo navegar las complejidades de comer fuera en estos tiempos, subrayando la necesidad de comprender y respetar las nuevas dinámicas que definen el mundo de la restauración actual. ¡Aquí diez nuevos escenarios!

    1. 1. ¿Hay que hacerse el ánimo para las filas?
      En diversos contextos y países, la experiencia de hacer fila para acceder a servicios de alimentación, como en restaurantes, locales de comida rápida, carritos ambulantes y sangucherías, varía significativamente. En Chile, aunque no es común encontrar largas filas fuera de restaurantes, sí se observa este fenómeno en establecimientos situados en zonas de alta concurrencia, tales como la Vega, Patronato, Franklin o algunos balnearios en temporada alta. Esta práctica, sin embargo, es más habitual en otros países como el Reino Unido, Argentina, Estados Unidos y Francia.

      En la práctica, una de las razones principales por las que los clientes pueden encontrarse haciendo fila es la política de algunos restaurantes de no aceptar reservas previas. Esto obliga a los comensales a esperar su turno, lo que —según los comensales expertos—puede generar diferentes reacciones. La división de opiniones se encuentra entre aquellos que optan por buscar otro lugar, los que aprovechan de socializar mientras esperan y quienes aguardan con entusiasmo debido a buenas experiencias pasadas.

      Veredicto: La opinión de los expertos se divide, pero en general, la mayoría de las personas no disfrutan de la espera en el restaurante, aunque un 50% de los encuestados aún lo hace por la conveniencia del establecimiento.

    2. 2. ¿Está bien llevar los perros?
      La tendencia hacia una sociedad más amigable con las mascotas refleja un cambio en las preferencias de las nuevas generaciones, que optan por tener mascotas en lugar de hijos. Este cambio cultural ha llevado a debatir la presencia de perros en los restaurantes. La discusión se centra en dos perspectivas: por un lado, están quienes valoran la compañía de perros bien educados en el ambiente del restaurante, sugiriendo que pueden contribuir positivamente a la atmósfera. Por otro lado, hay quienes se oponen debido a las preocupaciones sobre higiene y comportamiento, como perros que ladran, sueltan pelo o incluso aquellos que pueden poner sus patas en las mesas.

      Veredicto: Los perros tranquilos y discretos tienen acceso permitido, con 3.5 votos a favor y 2.5 en contra. Un miembro del panel dividió su voto para permitir perros en terrazas y bares, pero no en el comedor principal.

    3. 3. ¿Has querido reservar y te piden los números de tu tarjeta de crédito?
      El debate sobre si los restaurantes deben implementar depósitos o cargos por reservas no cumplidas aborda un tema complejo dentro de la industria de la hospitalidad. Por un lado, existe la preocupación por parte de algunos comensales sobre la práctica de entregar sus datos. Sin embargo, desde la perspectiva de los restaurantes, esta medida se considera crucial para mitigar el impacto financiero negativo de las reservas no asistidas, que pueden resultar en pérdidas de ingresos significativas, desperdicio de alimentos, y costos adicionales en energía y personal. En Chile, bien lo sabe la recién premiada Pulpería Santa Elvira, que en varias ocasiones ha compartido su disgusto por comensales que finalmente no se presentan.

      La discusión también refleja una división en las opiniones de los clientes: algunos están dispuestos a aceptar estos cargos como una forma de asegurar la responsabilidad en las reservas, reconociendo los desafíos económicos que enfrentan los restaurantes, especialmente tras períodos difíciles recientes. Otros, sin embargo, preferirían evitar estos cargos.

      Veredicto: Un consenso de 6 votos a favor y ninguno en contra. La mayoría de los restaurantes permiten cancelar hasta el día anterior, por lo que es hora de cumplir con la reserva o pagar una tarifa.

    4. 4. ¿Se puede prohibir que vayan niños?
      La discusión sobre si prohibir la entrada a niños menores de 12 años en los restaurantes resurgió —hace muchos años— en Chile a partir de una cafetería en Colchagua que aplicó esta norma y lo expuso en las paredes de su inmueble. Sin embargo, la idea de establecer una política exclusivamente para adultos no es ampliamente apoyada. Considerada desagradable y excluyente, por algunos de los expertos consultados por The Guardian, tal medida restaría la bienvenida a una parte importante de los clientes, las familias. En su lugar, los comensales sugieren adoptar una postura más inclusiva y amigable hacia los niños en los restaurantes, alentando a los padres a asegurar un comportamiento adecuado de sus hijos para evitar molestias o situaciones peligrosas. Este enfoque busca equilibrar la experiencia culinaria para todos los clientes, sin excluir a las familias.

      Veredicto: Una mayoría de 5 votos en contra de la prohibición de niños menores de 12 años en los restaurantes, aunque existe una opinión en contra de esta postura, que se describe como un punto de vista más crítico.

    5. 5. ¿Son los códigos de vestimenta algo del pasado?
      El caso más emblemático en la capital, debe ser el Baco que abiertamente ha dicho que con “traje de baño, sudadera y hawaianas” a su restaurante no se puede entrar. En el artículo de The Guardian, se debate si estos códigos de vestimenta son o no aceptables en los restaurantes. Como en varios de estos tópicos, la opinión está dividida. Existe cierto apoyo a la idea de que un restaurante tenga el derecho a hacerlo. Sin embargo, la asesora consultada por el medio inglés opina que los códigos de vestimenta se sienten inherentemente "snobs”. En sus palabras: “El enfoque debería estar en tu mesa, no en la mesa de al lado y en lo que llevan puesto. Durante mucho tiempo, los códigos de vestimenta se han utilizado para excluir a las personas".

      Veredicto: Una mayoría de 4 votos en contra de los códigos de vestimenta en los restaurantes, lo que es tranquilizador para aquellos que, como Armitage, "no tienen ropa elegante".

    6. 6. ¿Está bien limitar el tiempo de estadía?
      Imponer límites de tiempo en las mesas es una práctica cada vez más común en restaurantes, especialmente en aquellos de tipo casual y económico. Esta estrategia responde a la necesidad de optimizar la ocupación y asegurar ingresos constantes, facilitando la rotación de clientes en espacios limitados. Aunque puede generar cierta resistencia entre los comensales, se reconoce como una medida necesaria para manejar eficientemente los recursos del restaurante frente a los crecientes costos operativos.

      Montgomery y otros expertos del sector enfatizan que, a pesar de la necesidad de estos límites, la experiencia de los clientes no debe verse afectada negativamente. Los restaurantes deben equilibrar la implementación de estas restricciones con la garantía de una experiencia culinaria plena y satisfactoria. La gestión cuidadosa y la comunicación clara son esenciales para asegurar que los clientes se sientan valorados y disfruten de su visita, sin sentir la presión del tiempo.

      Veredicto: La mayoría está a favor de la lamentable necesidad de establecer límites de tiempo para las comidas, con una votación de 5 a 1 a favor de esta práctica.

    7. 7. ¿Deberían los adultos poder ordenar el menú infantil?
      Ya sea por tener poco apetito, querer ahorrar dinero o simplemente antojarse de nuggets de pollo —enlista The Guardian— existen numerosas razones por las que un adulto podría preferir el menú infantil. Ante esta situación, el panel consultado tuvo dificultades para encontrar razones justificables para prohibirlo.

      Sin embargo, es importante considerar que los menús infantiles están diseñados con precios subsidiados para atraer a los padres y su poder adquisitivo. Los restaurantes podrían enfrentar problemas financieros si un gran número de adultos optara por estas opciones. "Personalmente, yo no lo haría (...) Si quieres una comida ligera, hay otros platos que puedes elegir”, dijo al medio inglés Kar-Shing Tong, quien cuenta con más de 139 mil seguidores en sus plataformas.

      Veredicto: La mayoría del panel está a favor de permitir a los adultos ordenar del menú infantil, con una votación de 5 a 1 a favor de esta práctica. Se destaca que los restaurantes podrían enfrentar dificultades financieras si esto se convirtiera en una práctica común.

    8. 8. ¿Me pueden prohibir llevar y usar mi computador en la mesa?
      Esta es una nueva tendencia que ya se ha instaurado en algunos países, consistiendo en la prohibición del uso de laptops en cafeterías, especialmente durante los brunchs de fin de semana. ¡Incluso hay algunos que prohíben los teléfonos!. El motivo detrás de esta política tiene una doble finalidad: por un lado, busca liberar espacio que de otro modo sería ocupado por un solo cliente durante largos periodos, facilitando así que más comensales puedan disfrutar de los servicios del establecimiento. Por otro lado, tiene como objetivo promover un ambiente más relajado y social, distanciándose de las connotaciones laborales o académicas que suelen acompañar al uso de computadoras portátiles.

      Los expertos respaldan esta práctica, incluso en horas pico. KS comenta que es común ver cafeterías que prohíben laptops en ciertos horarios —desde las 11.00 hasta las 15.00— para asegurar el flujo del servicio de almuerzo, mientras que Armitage destaca el objetivo de crear un ambiente libre de trabajo durante los fines de semana. Ver un computador “les recuerda a todos trabajo”, dice a The Guardian.

      Veredicto: Una mayoría de 5 votos a favor de que está bien que las cafeterías prohíban el uso de notebooks los fines de semana. Sin embargo, se menciona que algunas personas utilizan las cafeterías como lugares de escape, lo que lleva a una abstención de uno de los expertos.

    9. 9. ¿Por qué me cobran por el ketchup?
      En Chile sucede más en las cadenas de comida rápida. La práctica de cobrar extra por salsas y condimentos en los restaurantes suscitó opiniones divididas entre los expertos consultados por el medio inglés. Algunos ven como excesiva la idea de cobrar por pequeñas cantidades de productos básicos como la mayonesa o el ketchup, considerando que esto podría percibirse como tacaño o poco generoso. Por otro lado, hay quienes defienden este cobro, especialmente en casos donde las salsas son elaboradas artesanalmente y conllevan un costo de producción significativo. Este argumento se basa en el valor agregado y la calidad de estos productos caseros.

      No obstante, existe la preocupación de que implementar micropagos por elementos tan esenciales como las salsas y condimentos podría alejar a los restaurantes del principio fundamental de la hospitalidad, convirtiendo la experiencia de comer fuera en algo más transaccional y menos acogedor.

      Veredicto: La opinión del panel se divide, con 4 votos a favor de que es aceptable cobrar por salsas y condimentos, especialmente cuando son caseros, y 2 votos en contra, argumentando que podría ser más sensato incluir estos elementos en el precio en lugar de cobrar extra por ellos.

    10. 10. ¿Puedo pecar de mañoso y pedir cambios en el plato?
      Pedir modificaciones en los platos de un restaurante, especialmente si se trata de omitir un ingrediente que no es de tu agrado, es generalmente aceptable para cambios simples, como quitar los champiñones de una pizza. Los expertos consultados por The Guardian concuerdan en que este tipo de ajustes menores no suele presentar un problema. Sin embargo, solicitar cambios en platos donde los ingredientes están intrínsecamente mezclados o cocinados juntos puede ser más desafiante. La razón es que las cocinas a menudo preparan los alimentos en lotes y, durante las horas de servicio, no tienen la capacidad de realizar modificaciones significativas en las recetas individuales. Como indica Copes, en tales situaciones lo más recomendable es "pedir algo más".

      Asimismo, pedir platos personalizados que no figuran en el menú se considera poco práctico. Los restaurantes operan bajo una estructura definida y pueden no estar equipados para satisfacer solicitudes especiales que requieran una preparación completamente diferente. Esto se debe a las limitaciones de tiempo, recursos y la logística de la cocina. Por tanto, aunque es razonable hacer peticiones menores para omitir ciertos ingredientes, los comensales deberían ser conscientes de las limitaciones operativas del restaurante y evitar pedir cambios que alteren significativamente la composición, preparación o la idea de los platos.

      Veredicto: La opinión unánime del panel es que está bien hacer peticiones para modificar platos, pero se enfatiza que estas peticiones deben ser razonables y que si la cocina no puede cumplirlas, es importante aceptarlo.

Fuente: The Guardian | Adaptación y diseño: JM. Vilches y Bastián Sirguiado, Emol.
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