La policía encontró el cuerpo después de que el progenitor llamara a la policía del Reino Unido desde Islamabad -la capital de Pakistán- para decir que la había "castigado con razón, y ella murió", según dijeron los fiscales en un juicio que se celebró la semana pasada donde los tres fueron considerados culpables del asesinato.
A su vez, revelaron que Sharif le dijo al operador telefónico que no era su intención matarla pero que la había "golpeado demasiado".
El cuerpo de Sara fue hallado con
docenas de lesiones incluyendo moretones extensos, quemaduras y fracturas,
y una autopsia concluyó que murió por causas no naturales.
Por otra parte, los fiscales indicaron que los tres involucrados, participaron en una
"campaña de abuso" contra la menor en las semanas previas a su muerte.
La fuga de los tres involucrados generó que los buscaran a nivel internacional y la policía en Pakistán los encontró después de una extensa búsqueda. Los puso en un vuelo hacia el Reino Unido y fueron arrestados a su llegada al aeropuerto de Gatwick en Londres.
En el juicio que se llevó a cabo la semana pasada, Sharif, Batool y Malik fueron hallados culpables del asesinato por un jurado, que consideró probados los
múltiples ataques sufridos por la menor desde que en
2019 se fue a vivir junto con su hermano con su padre y su pareja, a raíz de los
supuestos abusos sufridos también a manos de su madre biológica.
En la instancia, este caso fue considerado como "extremadamente estresante y traumático", y el padre, taxista de profesión, admitió haber causado la muerte a su hija, después de negar inicialmente todos los cargos y culpar a su pareja.
Las condenas
Durante esta jornada, el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales, conocido como Old Bailey, en Londres, sentenció a
Sharif a cumplir un mínimo de 40 años antes de optar a medidas atenuantes, mientras que su pareja,
Beinash Batool deberá cumplir un mínimo de 33.
El tío y hermano del padre de la pequeña,
Faisal Malik,
que llegó en 2022 para estudiar en Inglaterra,
fue condenado a 16 años por permitir la muerte de la pequeña.
Olga Sharif, la madre biológica de la pequeña, de origen polaco, calificó este martes de
"sádicos" y "ejecutores" a los condenados, y dijo que su hija "es ahora un ángel que nos ve desde el cielo y ya no puede sufrir más violencia".
Al pronunciar su fallo, el juez afirmó que, aunque las
palizas provenían principalmente del padre -que la tomó con Sara de entre sus seis hijos, algunos con discapacidad, "en parte por ser mujer"-,
la madrastra, que "no quería a la niña" por no ser suya, fue responsable de no hacer lo suficiente para evitarlo.
No obstante, el magistrado consideró como
factor atenuante para Batool, que ella misma procedía de una familia abusiva, estaba coaccionada por su esposo más mayor, y trataba de separarse de él y en ocasiones ayudó a la niña.
El juez también explicó que la
pareja intentó ocultar los golpes haciendo que Sara llevara el velo islámico al colegio, del cual eventualmente la sacaron para supuestamente educarla en casa ante las sospechas del personal.
El hecho de que en dos ocasiones, incluido antes de su muerte, la sacaran con ese pretexto, suscitó un debate en el Reino Unido sobre la necesidad de una mayor regulación en el campo de la educación en el hogar.
25fracturas óseas sufrió Sara antes de su muerte por golpes con un bate de críquet
Precisamente hoy, el gobierno introdujo en el Parlamento un proyecto de
ley de protección a la infancia, que endurece la opción de educar a los niños en casa y permite llevar registros e identificar a los menores que no asisten a la escuela, al tiempo que somete a los padres a un mayor control.
El juez declaró en su dictamen que el fallecimiento de la pequeña fue
"la culminación de años de negligencia", con "agresiones frecuentes y tortura".
Antes de morir, Sara había sufrido
más de 25 fracturas óseas por golpes con un bate de críquet y un poste de metal,
tenía marcas de estrangulamiento, quemaduras y mordiscos y había pruebas de que la habían atado con cinta adhesiva y encapuchado.
"La trataste de esa manera porque considerabas que era tu derecho imponerle una disciplina severa", dijo el magistrado al padre.
"Sara era una niña valiente, luchadora y llena de energía. No era sumisa como tú querías. Te plantaba cara. No tengo ninguna duda de que tu ego y tu sentido de autoimportancia se alimentaban con el poder que ejercías sobre ella y el resto de la familia".
Juez
"Sara era una niña valiente, luchadora y llena de energía. No era sumisa como tú querías. Te plantaba cara. No tengo ninguna duda de que tu ego y tu sentido de autoimportancia se alimentaban con el poder que ejercías sobre ella y el resto de la familia", afirmó.
Sobre
Batool, el juez concluyó que la niña no le importaba lo suficiente para salvarla y "la sacrificó" para salvaguardar a sus otros hijos.