Praia a Mare recibe una gran cantidad de visitantes durante el verano.
AFP (imagen referencial)
El Ayuntamiento de
la localidad costera italiana de Praia a Mare (Calabria, sur), cuya población se multiplica durante las vacaciones estivales,
impuso el toque de queda nocturno para los menores de 14 años, tras una serie de
episodios de vandalismo, uso indebido de monopatines eléctricos y alteración del orden en las noches de verano.
La ordenanza municipal firmada por el alcalde, Antonino De Lorenzo, estará vigente
hasta el 30 de septiembre y prohíbe a los menores no acompañados por un adulto responsable circular, permanecer o reunirse en espacios públicos
entre las 00:30 y las 07:00 horas locales, informan este lunes los medios locales.
100euros (unos 111 mil pesos) de multa deberán pagar los menores que incumplan la medida
El alcalde justificó la decisión por el
incremento de incidentes protagonizados por menores durante la noche, que, según aseguró, ponen en riesgo tanto su integridad física y psicológica, como la convivencia ciudadana.
La ordenanza subraya que "durante la noche, los menores no solo son más vulnerables a accidentes o agresiones, sino también a comportamientos desviados como el vandalismo, el consumo de alcohol y estupefacientes, y la exposición a dinámicas vinculadas a la delincuencia juvenil", según las mismas fuentes.
El incumplimiento conllevará sanciones económicas de 100 euros (unos 111 mil pesos) para el menor no acompañado que sea sorprendido en la vía pública fuera del horario permitido
y 250 euros (unos 277 mil pesos) para el adulto responsable en caso de omisión del deber de vigilancia, que podrán incrementarse en caso de reincidencia.
La medida fue adoptada tras una intervención policial que derivó en el decomiso de varios vehículos eléctricos conducidos por menores durante un fin de semana especialmente conflictivo entre el 18 y el 20 de julio.
Las autoridades locales calificaron la situación como una "emergencia creciente" en el contexto de la alta temporada turística en Praia a Mare, conocida por su litoral y su afluencia de visitantes en verano, que ha experimentado un aumento significativo de población flotante y de la presión sobre los servicios municipales.
La ordenanza ha generado reacciones diversas entre residentes y veraneantes.
Algunos padres y comerciantes han aplaudido la iniciativa, considerándola "necesaria" para restablecer el orden y prevenir situaciones de riesgo, mientras
otros sectores la han criticado, señalando que la medida
"penaliza indiscriminadamente" a los menores responsables y
limita su libertad de manera excesiva.