SANTIAGO.- Forman la columna vertebral del campeón del fútbol chileno. Entre todos suman más de la mitad de los goles del monarca. Los siete han pasado prácticamente más tiempo en San Carlos de Apoquindo que en su propia casa. Y juntos dieron la vuelta.
Son Cristopher Toselli, Paulo Garcés, Hans Martínez, Fransico Silva, Felipe Gutiérrez, Milovan Mirosevic y Roberto Gutiérrez: los hijos de la Universidad Católica, fundamentales para que luego de cinco años los cruzados volvieran a levantar la copa.
Aquí, un pequeño detalle del magnífico año de los jugadores críados en la precordillera que culminó con la ansiada décima estrella.
Los 7 de casa
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Paulo Garcés
A pesar de las última polémicas que generaron las declaraciones por su suplencia (donde criticó a Toselli) en los últimos partidos, su mérito es indiscutible. Jugó 27 de los 34 partidos de titular. Un 79% de los duelos. Dato más que claro para otorgarle una buena porción de la estrella al, hoy por hoy, arquero reserva de la UC. Si finalmente se va, Garcés tendrá el consuelo de irse con una medalla colgando. Pizzi lo premió haciéndolo jugar 12 minutos en la "final".
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Cristopher Toselli
En unos años más, cuando se revisen los videos del décimo título cruzado, los más pequeños podrán fácilmente pensar que Toselli fue el arquero durante gran parte de la campaña. Es que a pesar de jugar sólo siete partidos estuvo en la recta final. Ahí se le ganó a Universidad de Chile y luego se repitió eso de forma épica ante Cobreloa en la altura de Calama. Y claro, fue su nombre el que los hinchas corearon en San Carlos de Apoquindo durante la "final" ante Everton.
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Hans Martínez
Le costó afirmarse como central. En la primera parte del año, cuando aún estaba Marco Antonio Figueroa, la presencia de Waldo Ponce e Ismael Fuentes en el equipo lo hicieron varias veces ubicarse como volante de corte. Con la llegada de Pizzi al principio desapareció del equipo hasta que la suspensión de David Henríquez le dio la oportunidad que aprovechó de gran manera. Terminó siendo, con su gran anticipación y facilidad para salir jugando, un pilar en la zaga de Católica.
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Francisco Silva
Tuvo su año consagratorio este 2010. Junto con Jorge Ormeño se adueñaron de la parte defensiva del mediocampo cruzado. Su buen trato de balón y despliegue físico, convirtieron al "Gato" en el émbolo de los campeones. Con Figueroa jugó siempe y, aunque le costó convencer a Pizzi, que en un principio optó por los refuerzos, terminó siendo indiscutido. Uno de los mejores del año.Ya suena en el extranjero.
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Felipe Gutiérrez
Hace unos años que se hablaba de un jugador de las inferiores de Católica que deslumbraba en cadetes. Pero cada vez que el sparring de Bielsa entraba, no lograba plasmar en la cancha lo que el boca a boca decía de él. Este 2010 fue distitno. Apareció el joven Felipe Gutiérrez. Aunque pocas veces fue titular cada vez que ingresó le dio un aire distinto al equipo. Encaró, lanzó buenos pelotazos y hasta se dio el gusto de hacer un golazo en la "final".
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Milovan Mirosevic
Estuvo seis años de viaje antes de volver a casa. En 2008 regresó a la UC para ser campeón. Se demoró dos años en lograrlo. El capitán cruzado fue el indiscutible líder del equipo, además del goleador del torneo. Más que un creador, el ex seleccionado nacional fue un todo terreno en el equipo. A ratos parecía que Milo se multiplicaba dentro de la cancha. Simplemente, el talismán cruzado.
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Roberto Gutiérrez
Después del Mundial, la UC repatrió a uno de sus hijos pródigos. Llegó a préstamo desde los Tecos para tener su cuarto ciclo en Católica, donde finalmente logró dar la vuelta. El "Pájaro" anotó 14 goles y fue, quizás, el más regular en el segundo semestre. Cuando el equipo venía en baja, Gutiérrez siempre anotó. Incluso tuvo una impresionante racha donde marcó en nueve partidos consecutivos.
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