"La CMF ha asestado un fuerte golpe a los adultos mayores al forzarlos a usar apps para autorizar transferencias. Mi madre tiene 95 años y no puede ni siquiera usar un celular. ¿Cómo hará ahora sus pagos?".
Esta fue la pregunta que deslizó el lector identificado como José Gaggero Jara en una carta a El Mercurio publicada el sábado, en la que dio cuenta de su malestar por la nueva norma emitida por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la cual ordena a los bancos poner fin al uso de las tarjetas de coordenadas, empleada para aprobar movimientos como pagos o transferencias bancarias.
Según la "norma sobre medidas de seguridad y autentificación de operaciones sometidas a la Ley N°20.009" publicada por la CMF el pasado 17 de junio, se debe
"eliminar el uso de mecanismos que incorporen conjuntos de datos impresos, utilizados para la autenticación”, tales como la tarjeta de coordenadas.
Esto, bajo la lógica de que las instituciones financieras deben garantizar "estándares mínimos de seguridad, registro y autenticación". La norma entró en vigencia el pasado 1 de agosto e implica que los usuarios deberán migrar a métodos más seguros y modernos, como aplicaciones móviles o dispositivos físicos con generación de códigos únicos.
Sin embargo, no a todos les agradó la medida.
Rafael Morales escribió también en una carta a El Mercurio que "mientras los motochorros asaltan impunemente para robar celulares y acceder a información bancaria, la banca nacional nos empuja deliberadamente hacia una dependencia digital absoluta".
"Nos obliga a instalar sus aplicaciones sin ofrecer alternativas, como si el acceso a nuestros propios fondos dependiera de rendirse ante el fetiche tecnológico del ‘smartphone’. ¿Y si mañana decidimos no usar celular? ¿Quedamos excluidos del sistema financiero, como parias digitales?", deslizó.
De hecho, por el mismo medio, Eduardo Toro, director ejecutivo Conecta Mayor UC, señaló que han recibido "decenas de comentarios negativos de personas mayores" producto de esta medida, cuyo objetivo -aseguró- es "comprensible", sin embargo, "se olvida de las personas mayores y de la inclusión digital que queda en los discursos, pero no en la práctica".
"La regulación debiera aspirar a equilibrar la seguridad en los medios de pago con la experiencia y el acceso de los clientes, razón por la cual y considerando el dinamismo propio del marco normativo, esperamos que se avance hacia ajustes que otorguen mayor flexibilidad en situaciones particulares".
José Manuel Mena
"Invitamos a la CMF y a las instituciones bancarias a poner atención en ese 20% de la población que está en una pelea constante por su espacio laboral, que busca ser escuchada, que se le dificulta el acceso a la salud y que ahora suma un sistema bancario que las excluye, coartando su autonomía. La transición de un sistema a otro será positiva solo cuando sea inclusiva. Debemos interiorizar que cualquier avance no será tal si dejamos atrás a las personas mayores", añadió Toro.
Desde la banca también se pronunciaron, subrayando que se trata de una iniciativa impulsada por el regulador.
"Si bien el sistema bancario ha ido adoptando distintos mecanismos de seguridad para fortalecer los pagos digitales, la eliminación de la tarjeta de coordenadas obedece a instrucciones de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF)", manifestó José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos, en una carta a El Mercurio.
"En este contexto, comprendemos los inconvenientes que esta medida puede generar en los usuarios. La regulación debiera aspirar a equilibrar la seguridad en los medios de pago con la experiencia y el acceso de los clientes, razón por la cual y considerando el dinamismo propio del marco normativo, esperamos que se avance hacia ajustes que otorguen mayor flexibilidad en situaciones particulares", acotó.
