SANTO DOMINGO.- El socialdemócrata Hipólito Mejía se proclamó el miércoles ganador de las elecciones presidenciales dominicanas sin necesidad de una segunda vuelta. "Mis numeritos me dan más del cincuenta (por ciento de los votos)... en estos momentos tenemos un 50,13... yo soy ganador", dijo Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con su conocido estilo campechano, en una entrevista televisada. Sin embargo, la Junta Oficial Electoral (JCE) dijo en su más reciente informe que, escrutados 90,9 por ciento de los votos emitidos en los comicios del martes, Mejía tenía 49,6 por ciento, a las puertas de la necesaria mayoría absoluta. Mejía, no obstante, se mostr convencido de su victoria definitiva, al punto que comenzó a develar sus prioridades cuando asuma el poder. "Voy a emplearme a fondo contra la corrupción, el desorden, el incumplimiento", afirmó. El segundo lugar seguía muy reñido entre el nonagenario ex mandatario Joaquín Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con un 24,7 por ciento de los sufragios, y el oficialista Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con un 24,9. Todos los sondeos previos a la votación habían pronosticado la victoria de Mejía, un agrónomo de 59 años, pero sin mayoría absoluta. Una segunda vuelta podría ser fatal para el PRD, ya que entonces una alianza entre el PLD y el PRSC podría dejarle fuera de la presidencia, como ya le ocurrió en 1996 al entonces líder del partido, el desaparecido Francisco Peña Gómez. A pesar de mostrarse convencido de su victoria, Mejía anunció que este miércoles visitará a Balaguer, personaje clave de la vida política dominicana desde que fuera presidente al final de la dictadura de Rafael Trujillo, asesinado en 1961. De pasar a una segunda vuelta, el anciano líder de 93 años, ciego y prácticamente, podría ganar un octavo mandato no consecutivo con el previsible apoyo del PLD, que está en deuda por su apoyo en 1996 al actual presidente, Leonel Fernández. El martes los dominicanos acudieron masiva y ordenadamente a las urnas para elegir al sucesor de Fernández, a quien la Constitución impidió presentarse a la reelección. Conforme al peculiar sistema implantado en los comicios de 1996 para ordenar el proceso, las mujeres ejercieron por la mañana su derecho al voto, que no es obligatorio, y los hombres por la tarde, soportando largas filas bajo el sol del Caribe. Mejía, quien se ha mostrado muy crítico del programa modernizador de Fernández, ha prometido darle un ''rostro humano'' al crecimiento económico de más de siete por ciento anual experimentado por el país en los últimos años. "Mi fuerte es las finanzas, la gerencia, el reordenamiento de las cosas públicas", dijo Mejía en sus declaraciones del miércoles, tras asegurar que iba a "manejar pulcra y frugalmente los fondos del país". El desarrollo de los comicios fue seguido de muy cerca por observadores internacionales en un país donde se han producido sonados fraudes electorales, como en las elecciones de 1994 en las que Balaguer fue reelegido y luego se vio obligado a acortar su mandato en 1996 ante la presión internacional. Sin embargo, en esta ocasión los comicios, a los que estaban convocados 4,2 millones de dominicanos, se desarrollaron con total normalidad y tranquilidad, destacaron los observadores. Balaguer acudió en su imponente automóvil negro al local donde votó, pero le acercaron la urna para que sufragara desde dentro del vehículo, sin que nadie lograra verlo. "Da verguenza que un hombre que no ve y no puede andar esté decidiendo las elecciones", comentó indignado Pablo Espinar, de 18 años, tras votar al PLD.
