ZAMBOANGA.- Las autoridades locales y los médicos pidieron hoy la urgente hospitalización de cuatro de los 21 rehenes que se encuentran secuestrados desde el 23 de abril en la isla de Joló, en el sur de Filipinas, dado su grave estado de salud.
El gobernador de Joló, Abdusakur Tan, se unió hoy a las voces de la doctora filipina Nelsa Amin, quien visita regularmente a los rehenes, y pidió la inmediata liberación de cuatro de ellos por encontrarse en un estado que precisa una rápida hospitalización.
Se trata de la alemana Renate Wallert, quien sufre artritis e hipertensión; la sudafricana Monique Strydom, embarazada de casi cuatro meses; el francés Stephane Loisy, que padece una infección de orina y serios trastornos psíquicos por el largo cautiverio; y el malayo Zulkarnai bin Hashim, que tiene una picadura de escorpión.
Con este panorama, dos de los mediadores oficiales volvieron hoy a reunirse con los líderes de Abu Sayaf, el grupo separatista musulmán que llevó a cabo el secuestro, a quienes presentaron las propuestas del Gobierno para lograr la liberación de los rehenes.
Aunque las dos principales demandas de Abu Sayaf han sido rechazadas: la formación de un estado independiente en Mindanao y la creación de una comisión internacional que investigue los malos tratos aplicados contra los filipinos que viven en el estado malayo de Sabah, las autoridades han aceptado su tercera demanda.
Se trata de controlar y prohibir la pesca ilegal en aguas del mar de Joló, que rodea las islas del mismo nombre.
El presidente de Filipinas, Joseph Estrada, ordenó ayer a la Armada y a los organismos gubernamentales correspondientes que controlen y vigilen las capturas ilegales en estas aguas y además prometió ayudas económicas para la región.
El primer encuentro formal entre el equipo oficial de negociadores, encabezado por el consejero presidencial Robert Aventajado, quien hoy no asistió al encuentro, se produjo el pasado 27 de mayo y no se había celebrado otra reunión desde entonces.
Las manifestaciones realizadas en los últimos días por Aventajado, en el sentido de que esta crisis podría extenderse durante unos tres meses, tal y como demuestra la experiencia de otros secuestros de Abu Sayaf, provocó la ira de los rehenes, que manifestaron su falta de confianza en la forma de tratar este delicado asunto.
Por su parte, el gobernador de Joló se mostró ayer partidario de llevar a cabo una operación para rescatar a los rehenes, opción que siempre han rechazado los gobiernos extranjeros que tienen a ciudadanos entre los cautivos.
De hecho, a pocos días del secuestro, el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, viajó a Manila para dejar claro al Gobierno filipino que se debía hacer todo lo posible para no poner en peligro la vida de los rehenes.
Un comando de Abu Sayaf secuestró el 23 de abril a nueve malayos, tres alemanes, dos franceses, dos finlandeses, dos sudafricanos, dos filipinos y una libanesa en una isla turística de Malasia y después les trasladó hasta Joló, situada a 960 kilómetros de Manila, donde se encuentran desde entonces.
Las autoridades malayas han criticado los métodos utilizados por el Gobierno de Manila para sacar adelante la crisis y pidió recientemente un cambio de estrategia negociadora.
Mientras tanto, el grueso de periodistas locales y extranjeros que cubrían el secuestro ha abandonado Joló después de que las autoridades dijeran que no estaban en condiciones de garantizar su seguridad.
Diez informadores que trabajaban para medios europeos fueron retenidos el pasado viernes por Abu Sayaf, cuando intentaban entrevistar a los cautivos en plena jungla, y liberados después tras el pago de 25.000 dólares.
