BEIRUT.- Apenas llegó a Beirut este lunes, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se enfrentó a las amenazas del Líbano de oponerse al redespliegue de los cascos azules onusianos si Israel no pone fin a sus "desbordes" fronterizos en el sur del Líbano.
Para el Líbano, mientras exista esta situación, el retiro israelí no podrá considerarse completo y será necesario "eliminar" estas "intrusiones" antes del redespliegue de las fuerzas de paz de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano (FINUL), declaró en un comunicado la presidencia libanesa, al término de una reunión del presidente libanés Emile Lahud y el primer ministro Salim Hoss con Annan.
Actualmente, aparte del Cuartel general de la FINUL en Naqura, y de un batallón indio, la mayor parte de los cascos azules están desplegados fuera de esas regiones que fueron ocupadas durante 22 años por Israel, hasta su partida el 24 de mayo pasado.
"Líbano espera resultados del equipo de trabajo mixto (Líbano/FINUL) en el terreno, para poder adoptar una posición definitiva al respecto", agrega el comunicado.
A pesar de las objeciones libanesas, el Consejo de Seguridad de la ONU, luego de dos días de díficiles discusiones, llegó a la conclusión el domingo por la noche, por recomendación de Annan, de que la retirada israelí era efectiva.
Al visitar Naqura, para reunirse con el comandante en jefe de los cascos azules, general Seth Kofi Obeng (Ghana), Annan anunció que el refuerzo de la FINUL seguía su curso.
A partir de julio próximo, mil soldados, provenientes de países que participan con contingentes en la FINUL, al igual que de Suecia, y por primera vez de Ucrania, reforzarán los 4.500 cascos azules desplegados actualmente en Líbano, señaló Annan.
Los nueve contingentes actuales de la FINUL son de Fiyi, Finlandia, Francia, Ghana, India, Irlanda, Italia, Nepal y Polonia.
Sin considerar las amenazas del Líbano, Annan indicó a la prensa que los cascos azules estaban verificando, a pedido de Beirut, las eventuales violaciones israelíes.
Líbano señaló por los menos 13 violaciones, entre ellas 10 en la llamada "línea celeste" (por los colores de la ONU), y los otros tres en la frontera israelo-libanesa.
Si la ONU comprueba que hay violaciones, "es evidente que pediremos a Israel que retire a sus fuerzas o a los individuos que franquearon la línea", afirmó Annan.
El equipo de la FINUL, que junto a oficiales libaneses investigaba las denuncias, suspendió sus trabajos durante la visita de Annan y los reanudará el martes, indicó una fuente militar libanesa.
Según la fuente, las dos delegaciones comprobaron cuatro nuevas violaciones israelíes cometidas en las últimas 48 hs, y que sólo dos "intrusiones" habían sido eliminadas en la porción de frontera examinada.
Pero Kofi Annan sólo habló de la "existencia de malentendidos" en las alegaciones de ambos bandos.
Según él, esos "malentendidos" conciernen la fijación de la línea de retirada propiamente dicha y las violaciones ulteriores de esa línea.
"La línea de retirada no debe ser considerada como la frontera internacional y no prejuzga futuras negociaciones o futuros arreglos entre el Líbano e Israel", insistió Annan.
"El problema de las violaciones ulteriores es otro asunto, sobre el cual el Consejo de Seguridad de la ONU expresó serias preocupaciones y pidió a ambas partes respetar la línea de retirada", subrayó.
Este lunes en El Cairo, de donde viajó al Líbano, Annan declaró que había informado al primer ministro israelí Ehud Barak de "la necesidad de que todos respeten la línea" de retirada del Líbano trazada por la ONU.
"No queremos presenciar ninguna violación de la línea" de retirada del Líbano, declaró Annan, al término de una entrevista en El Cairo con el presidente egipcio Hosni Mubarak.
