CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano reafirmó hoy su prohibición de que los católicos divorciados y casados en segundas nupcias reciban la comunión.
La declaración volvió a enunciar que la única excepción es aquella en que las parejas se abstienen de tener relaciones sexuales.
Los católicos en Estados Unidos, Alemania y otras partes del mundo han presionado al Vaticano para que suavice la restricción.
El Vaticano dijo que emitió la declaración porque algunos teólogos "utilizando una serie de argumentos", sostenían que había una serie de lagunas legales en el derecho canónico, que podrían permitir a personas divorciadas que se vuelven a casar recibieran la comunión.
Pero la declaración dijo que la restricción se basa en "la ley divina, y no puede ser modificada".
Agregó que sus pastores deben evitar instancias en que se niegue públicamente la comunión, y deben explicarlo a las parejas "de tal modo que puedan comprenderlo, o por lo menos respetarlo".
"Pero, en esas situaciones, en las que estas medidas de precaución no hayan tenido efecto, o en las que no hayan sido posibles, los ministros encargados de dar la comunión deben negarse a darla públicamente a aquellos que no la merezcan", agregó la declaración.
También hizo hincapié en que la declaración no va en contra de los deseos de esos católicos, de participar en la vida de la congregación "en muchas formas compatibles con su situación y que sean posibles para ellos".
En la Iglesia católica el divorcio civil no significa que la persona no tenga acceso a los sacramentos, pero si vuelve a casarse, debe abstenerse.
Esta declaración fue emitida por el Consejo Pontificio para Textos Legislativos, tomando en cuenta los puntos de vista de la Congregación para la Doctrina de la Fe y dos oficinas más del Vaticano.
