BERLIN.- El gobierno alemán, alarmado por el aumento de la violencia xenófoba, reconoció primera vez la existencia de un terrorismo neonazi e hizo un llamado a la sociedad para que tome conciencia del problema y ayude a las autoridades. Hemos llegado a un punto en que la mayoría silenciosa no puede seguir callada, dijo el ministro de Exteriores, Joschka Fischer.
Estas advertencias se producen horas después de que estallara una bomba de fabricación casera cerca de un hotel de Stralsund en el noreste de Alemania sin que se registraran víctimas, aunque si daños materiales por valor de 3.000 marcos.
El pasado jueves estalló en Dusseldorf otra bomba de fabricación casera que ocasionó heridas a diez personas. Las víctimas -entre ellos un hombre que hoy seguía debatiéndose entre la vida y la muerte- proceden de la antigua Unión Soviética y seis de ellos son judíos.
Aunque la Policía aun no ha identificado a los autores de estos atentados, todos los indicios apuntan a la ultraderecha como responsable de ellos.
Ante el aumento de los ataques a los extranjeros, judíos e indigentes, el gobierno alemán considera que la situación se está poniendo lo suficientemente grave como para dejar el asunto sólo en manos de la Justicia y la Policía, y cree que hay que movilizar a toda la sociedad.
La ministra de Justicia, la socialdemócrata Herta Daeubler-Gmelin, advirtió sobre la existencia de un movimiento terrorista ultraderechista o pardo, en alusión al color de las camisas de las Sa (tropas de asalto) hitlerianas.
En términos similares se expresó el ministro de Medio Ambiente, el verde Jurgen Trittin, quien afirmó que en Alemania existe una red perfectamente organizada de violencia ultraderechista.
Trittin añadió que entre los neonazis, los recelos a recurrir a las formas más brutales de violencia se van desvaneciendo: Lo que estamos viviendo comienza a adquirir una nueva dimensión, asevero.
