CARACAS.- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, inicia su segundo mandato con la promesa de llevar adelante una revolución económica con la que prevé instaurar un nuevo modelo basado en el reparto justo y equitativo de la riqueza.
Chávez, que el pasado 30 de julio fue reelegido como Presidente de Venezuela con casi el 60 por ciento de los votos, ha dicho que pondrá todo sus ánimos e ímpetus en su ideal de cambiar a fondo la economía y la sociedad venezolana.
El Jefe de Estado pretende iniciar los trabajos de recuperación económica mañana, lunes, con la llamada "Constituyente Económica", una comisión interdisciplinaria con la participación de funcionarios de alto nivel para elaborar y ejecutar proyectos y políticas que materialicen los preceptos de economía productiva con rostro humano, consagrados en la nueva Constitución Bolivariana.
La Constituyente Económica estará integrada por los que Chávez llama los "cuarto bates" de su Gobierno, entre los que se cuenta al Presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), los Ministros de Planificación y Desarrollo, e Infraestructura, así como varios viceministros y representantes del empresariado.
"Daremos la batalla, impulsaremos la transformación económica, desarrollaremos actividades productivas", asegura Chávez.
Como primera estrategia para recuperar la golpeada economía venezolana, el gobernante buscará fortalecer la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), grupo del que Venezuela es miembro fundador, para intentar mantener en un precio "justo" el barril de crudo, principal motor económico del país.
El plan contempla la firma de nuevos acuerdos y convenios con otros países productores de petróleo, para diversificar el sector energético y petroquímico y lograr mayores recursos económicos.
El sector agrícola es el primer área que pretende recuperar Chávez con un esfuerzo "sobrehumano", para lo que pidió a los recién instalados miembros de la Asamblea Nacional (AN) que redacten "urgentemente" una nueva Ley de Tierras que sirva como marco jurídico para acabar con los vicios del latifundio y repartir "equitativamente" los terrenos.
Entre los planes que tienen en el sector agrícola están los de incentivar la producción de los llamados alimentos banderas y estratégicos, como el arroz, la caña de azúcar y la palma aceitera, con créditos y ayudas directas a los hombres del campo.
En el sector industrial espera iniciar un agresivo plan de apertura de nuevas industrias en el sur del país, región que hasta ahora había permanecido despoblada.
El sector turístico, que alcanza la máxima depresión de toda su historia, tratará de promoverlo con la implementación de nuevos modelos de turismo, así como con la promoción de destinos hasta ahora no explotados, lo cual podría abrir miles de plazas de trabajos.
Chávez está dispuesto a recorrer el mundo para buscar personalmente que inversionistas extranjeros "serios" vengan a invertir su dinero en el país, a los cuales les ofrecerá "incentivos" que conviertan a Venezuela en un atractivo mercado.
En la macroeconomía, Chávez tratará de que su Gabinete garantice el cumplimiento de las metas que se fijó a inicios de año, las cuales pasan por un crecimiento económico de un 2,2 por ciento, unas tasas de interés en marcado descenso y el dominio del "diablo" de la inflación, la cual este año se podría ubicar en un 15 por ciento, la menor cifra de los últimos años.
Según analistas, los objetivos de gobernante no son nada fáciles, sobre todo cuando arrastra algunas "diferencias" con los empresarios nacionales y pesa sobre Venezuela la desconfianza de los inversores "extranjeros", que han visto en los 18 meses del primer Gobierno de Chávez los fuertes enfrentamientos políticos y el cierre de muchas empresas tanto nacionales como extranjeras.
