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El Papa exhorta a los jóvenes a "cambiar de rumbo"

El Papa Juan Pablo II exhortó este domingo a los jóvenes de todo el mundo a "cambiar de rumbo" para lograr romper con la "espiral de la desesperción", durante la misa solemne de clausura de las XV Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).

20 de Agosto de 2000 | 05:44 | AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II exhortó este domingo a los jóvenes de todo el mundo a "cambiar de rumbo" para lograr romper con la "espiral de la desesperción", durante la misa solemne de clausura de las XV Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).

El mensaje del pontífice fue pronunciado ante los más dos millones de jóvenes católicos provenientes de 160 países que asisitían a la ceremonia, los cuales habían dormido la noche entera al aire libre en el enorme campo universo de Tor Vergata, en las afueras de Roma.

"Es urgente cambiar de rumbo y dirigirse a Cristo, que es también el camino de la justicia, de la solidaridad, del compromiso por una sociedad y un futuro dignos del hombre", dijo el Papa, quien pidió de nuevo a los jóvenes que estén dispuestos "a sacrificarse por los otros", tal como lo hizo Cristo.

"De este testimonio tiene necesidad urgente nuestra sociedad, de él necesitan más que nunca los jóvenes, tentados a menudo por los espejismos de una vida fácil y cómoda, por la droga y el hedonismo, que llevan después a la espiral de la desesperación, del sin sentido, de la violencia", dijo.

El Papa, en los dos discursos dirigidos a la muchedumbre en el campo universitario, el sábado y el domingo, habló con un lenguaje directo, abordando temas de actualidad para la juventud, que lo recibió en forma informal a las ocho de la mañana, a pesar de que muchos de ellos acababan de despertarse y de salir de sus sacos de dormir tras una noche en vela, lo que le daba un aspecto de campo de refugiados al lugar.

Largamente ovacionado por una multitud entusiasta, que confirmaba así el carisma del anciano pontífice, de 80 años, el Papa hizo públicas confesiones de satisfacción, aunque su rostro aparecía cansado con respecto al del día precedente.

La noche anterior admitió en forma improvisada que había "esperado tanto" en este encuentro con los jóvenes. "Gracias, gracias por este diálogo, porque no ha sido un monólogo", dijo.

El fervor y la devoción de los jóvenes peregrinos reinó durante la ceremonia de clausura, que duró mas de tres horas y a la asistieron el jefe del Estado italiano Carlo Azeglio Ciampi así como otras personalidades del Ejecutivo italiano, entre ellas el Jefe de Gobierno Giuliano Amato, el presidente del Senado, Nicola Mancino y el alcalde de Roma, Francesco Rutelli.

Aprovechando la temperatura fresca del inicio de la mañana, la misa, intercalada por cantos africanos y rezos, fue concelebrada por 600 prelados vestidos con casullas blancas adornadas de franjas rojas y amarillas, los colores de Roma.

Cuatro jóvenes colocaron en la base de la enorme cruz instalada en el espectacular palco de madera preciosa de más de 8.000 metros cuadrados, cuatro piedras que simbolizan las cuatro basílicas romanas consagradas a San Pedro, San Juan, San Pablo y la Virgen María.

Juan Pablo II se despidió de "todos, todos", los participantes a las Jornadas en particular de aquellos de América Latina, pidiéndoles en varias lenguas que al "regresar a sus países cuenten la experiencia vivida y den un abrazo de parte del Papa".

Los jóvenes deberán abandonar el campo de Tor Vergata después de la misa, una operación que durará unas ocho horas y por la cual ha sido montado un dispositivo especial por las autoridades ya que coincide con el regreso de casi medio millón de romanos de sus vacaciones.
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