WASHINGTON.- El constructor aeronáutico Boeing se comprometió a proseguir sus esfuerzos a fin de mejorar la seguridad de su flota y, en particular de sus 747, tras la publicación de las conclusiones del informe de los investigadores norteamericanos que lo ponen en entredicho en la catástrofe del vuelo 800 de la TWA.
"En ningún caso, el fin de la investigación significa para nosotros la conclusión de nuestros esfuerzos por mejorar la seguridad de los 747 y de todos los aviones", afirmó Boeing en un comunicado publicado la noche del miércoles.
En su informe final de investigación, cuyas conclusiones fueron publicadas la noche del miércoles, la oficina nacional de la seguridad de los transportes (NTSB) puso gravemente en entredicho la responsabildiad del constructor en el accidente del vuelo 800.
Ello, al destacar sobre todo los defectos de concepción del depósito central de carburante de los 747, cuya explosión accidental fue causa del drama que provocó 230 muertos el 17 de julio de 1996.
El informe cita como uno de los "factores que contribuyeron al accidente" la "concepción y la certificación del Boeing 747, que tiene fuentes de calor (ndlr: los aparatos de aire acondicionado) situados bajo el depósito central, sin que haya sido previsto medios para disipar el calor comunicado al depósito central o volver los vapores de kerosene en el depósito ininflamables".
Las "fuentes de calor" citadas por la NTSB son los generadores de aire acondicionado situados precisamente debajo del depósito central y que además de enviar aire frío a la cabina de pasajeros, generan una importante masa de calor.
La investigación mostró que esos aparatos contribuyeron en gran parte a calentar la mezcla de aire y vapores de kerosene del Boeing 747 de la TWA, la noche del accidente. El avión, con el aire acondicionado en marcha había estado estacionado por largas horas en la pista del aeropuerto, además de haber un atraso de dos horas en su despegue.
