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Palestinos e israelíes intercambian disparos mientras sigue la violencia

Los palestinos continuan hoy domingo sus batallas campales a tiros con las tropas israelíes con un enfrentamiento muy intenso cerca de un enclave israelí en una aldea cisjordana, que elevó a 27 el número de muertos y a más de 700 heridos en tres días de violencia.

01 de Octubre de 2000 | 12:40 | AP
JERUSALEN.- Los palestinos continuan hoy domingo sus batallas campales a tiros con las tropas israelíes con un enfrentamiento muy intenso cerca de un enclave israelí en una aldea cisjordana, que elevó a 27 el número de muertos y a más de 700 heridos en tres días de violencia.

Mientras, los árabes se declararon en huelga y los dirigentes de ambos bandos se culparon mutuamente por el peor estallido de violencia en la región en cuatro años.

En total, 27 palestinos han muerto en los tres días de disturbios, y más de 700 han quedado heridos, según fuentes palestinas. Israel mantiene que 11 miembros de sus fuerzas de seguridad han sido heridos.

En el poblado cisjordano de Naplusa, los palestinos dispararon fusiles automáticos contra los soldados israelíes desde el tejado de una casa a menos de 200 metros de la Tumba de José, un pequeño enclave israelí en el poblado, de mayoría palestina.

Dos helicópteros israelíes dispararon contra los manifestantes, dijeron testigos oculares. Tres palestinos, entre ellos un niño de 10 años, murieron y por lo menos otros 25 resultaron heridos, según los médicos.

Varios tanques israelíes fueron enviados a Naplusa y la Franja de Gaza, donde los soldados dispararon cohetes antitanques contra las posiciones palestinas, en un alarde del poderío militar israelí.

Una tercera batalla a tiros ocurrió en la aldea cisjordana en Ramala, donde francotiradores israelíes se apoderaron de un hotel y dispararon desde el tejado y la cafetería de la planta baja contra palestinos armados con fusiles automáticos.

Los huéspedes y periodistas que se encontraban en el establecimiento quedaron atrapados en el salón del hotel en medio de nutridos tiroteos.

El Primer Ministro Ehud Barak y el líder palestino Yasser Arafat intentaron sin éxito aliviar las tensiones en una conversación telefónica anoche, y los enfrentamientos se reanudaron esta mañana.

La oficina de Barak dijo hoy que hubo "intensos contactos diplomáticos" en las últimas 24 horas, incluyendo una conversación entre el primer ministro y el presidente norteamericano Bill Clinton. La Autoridad Palestina "debería actuar decidida e inmediatamente para detener las acciones de violencia", indicó una declaración.

En toda Cisjordania, los comercios y las escuelas cerraron hoy al observar los palestinos una huelga general por segundo día consecutivo. El paro se extendió a la comunidad árabe-israelí en Israel, en señal de solidaridad.

Un policía palestino murió en un tiroteo cerca de la Tumba de José, dijeron los médicos. Los palestinos alzados lanzaron bombas incendiarias contra tiendas de campaña en el enclave israelí mientras civiles palestinos intercambiaron disparos con soldados israelíes. Un portavoz militar israelí confirmó el tiroteo, añadiendo que no hubo heridos del bando israelí.

También estalló un tiroteo entre palestinos e israelíes en un puesto militar israelí cerca del asentamiento de Netzarim, en la Franja de Gaza, dijeron varios testigos. Cientos de palestinos lanzaron piedras a los soldados.

El conflicto israelí-palestino usualmente gira en torno a discrepancias políticas, pero esta vez los disturbios han adquirido cierto tono religioso.

Los enfrentamientos estallaron luego de que el líder opositor israelí, Ariel Sharon, realizó el jueves una visita a un lugar de Jerusalén sagrado tanto para musulmanes y judíos.

"Esta es una guerra entre religiones y yo participo porque soy musulmán", dijo Khaled Abu Araish, un manifestante de 25 años, en Hebron.

La violencia socava las probabilidades de un tratado de paz israelí-palestino, que ya se veían remotas aún antes de los enfrentamientos.

Los choques de hoy se extendieron a poblados árabes de Israel, entre ellos Nazaret, la ciudad donde se crió Jesús. Hoy allí cientos de jóvenes, muchos con los rostros cubiertos, lanzaron piedras a policías israelíes, que respondieron con gas lacrimógeno y perdigones.

La vía principal del poblado, obstruida por neumáticos en llamas, está cerca de la Basílica de la Anunciación, donde según la Biblia el Angel Gabriel pronosticó el nacimiento de Jesús. Cientos de manifestantes se incorporaron a los disturbios tras las plegarias del mediodía, en medio del espeso humo negro de las llantas encendidas.

Entretanto, líderes de ambos bandos intercambiaban acusaciones. "Tenemos razones sólidas para creer que (los enfrentamientos) fueron en gran parte orquestados desde arriba", dijo Shlomo Ben-Amí, ministro del Interior de Israel, en alusión al liderazgo palestino. "Esa senda es tan peligrosa como montar un tigre".

Ahmed Qureia, líder del parlamento palestino, exhortó a Israel a retirar sus soldados "porque los soldados representan un punto de fricción y un símbolo de la continuación de los enfrentamientos que han ocurrido en los últimos tres días".
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