PANAMA.- El ex jefe de inteligencia de Perú, Vladimiro Montesinos, cumple hoy una semana de estar en Panamá, amparado bajo una visa de turista y esperando que el Gobierno decida si le concede o no asilo político, mientras se suman críticas de grupos de derechos humanos a su presencia aquí.
Desde el domingo pasado, cuando arribó en la madrugada acompañado por un hombre y una mujer que formarían parte de su seguridad, la presencia de Montesinos sigue sumida en el misterio, pues no se le ha visto en público.
La presidenta Mireya Moscoso, asediada por la prensa, prometió que a más tardar el 10 de octubre habría tomado una decisión sobre la solicitud de asilo del polémico ex asesor de inteligencia de Alberto Fujimori.
Hoy una entidad de derechos humanos de la Iglesia Católica, la llamada Comisión de Justicia y Paz, declaró que Montesinos "no califica como asilado político" porque no es perseguido y que por el contrario pesan sobre él graves acusaciones sobre violación de derechos humanos.
Magaly Castillo, la directora de la comisión, consideró que si el Gobierno concediera asilo a Montesinos estaría violando la denominada Convención Interamericana Contra la Corrupción, promovida por la Organización de los Estados Americanos (OEA). Panamá aprobó dicha convención y la hizo ley del país en 1998.
Amparándose en dicho criterio un ex asesor de Moscoso interpuso, hace unos días, una denuncia ante el Ministerio Público, para impedir que se le otorgue asilo político a Montesinos.
"Si el Gobierno concede asilo político a Montesinos estaría contradiciendo los principios de la convención", dijo Castillo, quien se reunió con varias congresistas peruanas que viajaron a este país para actualizar al Congreso y a otras instancias panameñas sobre las denuncias que tiene pendiente Montesinos ante grupo de derechos humanos de su país y de la OEA.
En tanto el defensor del pueblo Italo Antinorio dijo que veía "con preocupación cómo el Gobierno estaba amparando a Montesinos", y que a su parecer le había dado una especie de "asilo tácito", porque "lo protegía" guardando silencio sobre su ubicación.
Montesinos salió furtivamente hacia Panamá cuando se intensificaban las demandas de los opositores en su país para que fuera arrestado y enjuiciado, luego de la difusión de una filmación en la que aparece supuestamente sobornando a un diputado.
El Gobierno, presionado por Washington y por varios líderes del hemisferio, ha dicho que accedió a refugiar a Montesinos para evitar un derramamiento de sangre en Perú y contribuir al apaciguamiento de la crisis política en ese país andino.
