MINSK.- El jefe de Estado de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, informó hoy viernes que el hasta ayer Presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, "por ahora" no ha pedido asilo político en su país ni ha transferido al mismo sus cuentas bancarias.
Lukashenko dijo que si llega tal petición, se estudiará "según las normas del derecho internacional", pero opinó que Milosevic "no tiene motivo" para salir del país pese a la insurrección popular que proclamó Presidente a su rival opositor, Vojislav Kostunica.
El primer ministro bielorruso, Vladímir Yermoshin, confirmó que Minsk está "dispuesto a estudiar" una petición de asilo por parte de Milosevic, y otras fuentes dijeron que con mayor probabilidad podría plantearse la concesión de refugio a su esposa, Mira Markovic.
Lukashenko recordó que Kostunica "es un patriota serbio" contrario a la persecución de Milosevic por parte del Tribunal Internacional de La Haya, que lo considera criminal de guerra.
A Milosevic "le quedan muchas variantes de acción", afirmó el líder bielorruso, al recordar que en las elecciones generales del pasado 24 de septiembre los partidos que le son leales han ganado mayoría en el parlamento yugoslavo.
"Quién puede garantizar que Milosevic no será elegido primer ministro del país, pues es el parlamento el que forma gobierno", argumentó el líder bielorruso.
Las conjeturas sobre la concesión de asilo político a Milosevic en Bielorrusia aparecieron después de que políticos liberales rusos sugirieran a su Presidente, Vladímir Putin, darle a aquel garantías de su seguridad personal, para facilitar su salida del poder.
Borís Nemtsov, dirigente del partido Unión de Fuerzas de Derecha y ex viceprimer ministro ruso, dijo que Putin debería ayudar a Milosevic a refugiarse en algún país con un régimen "tan autoritario como el suyo", como la Bielorrusia de Alexandr Lukashenko.
Mientras, fuentes diplomáticas en Moscú declararon a Interfax hoy que el asunto de la posible concesión a Milosevic de asilo en Rusia "no se ha planteado ni puede plantearse siquiera", pues "su destino sólo lo pueden decidir las (nuevas) autoridades de Yugoslavia".
