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Fracasan en encontrar más víctimas del Kursk

La visibilidad de sólo medio metro en la cámara número cuatro del sumergible no permitió encontrar ninguno de los doce cuerpos que esperaban y tampoco aparecieron registros del "control de daños" con los datos técnicos imprescindibles para determinar qué pasó y por qué el 12 de agosto pasado, cuando el "Kursk" se hundió misteriosamente en aguas árticas del mar de Barents.

06 de Noviembre de 2000 | 09:24 | EFE
MURMANSK.- Los buzos rusos y noruegos buscaron este lunes por tercer día consecutivo dentro del submarino nuclear "Kursk" más cadáveres de tripulantes y pistas sobre la causa de la tragedia, pero la escasa visibilidad hizo sus esfuerzos infructuosos.

La visibilidad de sólo medio metro en la cámara número cuatro del sumergible no permitió encontrar ninguno de los doce cuerpos que esperaban y tampoco aparecieron registros del "control de daños" con los datos técnicos imprescindibles para determinar qué pasó y por qué el 12 de agosto pasado, cuando el "Kursk" se hundió misteriosamente en aguas árticas del mar de Barents.

En los últimos dos días los buzos sólo han logrado avanzar unos cuatro metros dentro del compartimento, en una lenta operación por razones de seguridad que puso en duda el éxito para la fecha límite del próximo sábado día 11.

Los 118 tripulantes del sumergible perecieron en la catástrofe, y la operación de rescate comenzada el 21 de octubre sólo ha logrado subir a flote doce cadáveres, rescatados en la cámara novena. Todos ellos han sido identificados, tras divulgar hoy la Armada los nombres de los dos que faltaban, Roman Kubikov y Viacheslav Mainagáchev, quien según se informó no había visto nunca el mar hasta ser destinado a la Flota del Norte.

Moscú contrató esta operación de rescate durante tres semanas, con un coste de seis millones de dólares, pero prevé para el verano próximo un intento de izar el submarino entero. Portavoces de la filial noruega de la compañía norteamericana "Halliburton", que se encarga del rescate, estimaron que la segunda operación será todavía mucho más difícil y costosa, en torno a unos 50 millones de dólares.

Para obtener respuesta a las incógnitas que suscitó el naufragio, la Armada rusa considera crucial recuperar el "control de daños", un sistema equivalente a las "cajas negras" de los aviones.

Vladímir Navrotski, portavoz de la Flota del Norte, dijo que el trabajo en el cuarto compartimento "es muy complicado" por la mínima maniobrabilidad que permiten los escombros y hierros retorcidos. Tres especialistas por turno operan sin descanso a los 108 metros de profundidad donde yace el "Kursk", con un buzo noruego en la campana o batiscafo conectada con la plataforma "Regalia" que centraliza el rescate desde la superficie.

De los dos buzos rusos, únicos autorizados por razones de seguridad nacional a trabajar en el submarino, uno está en el casco, junto a la "ventana" perforada en la cuarta cámara, y el otro trata de avanzar por el interior, informaron fuentes navales.

Vadim Serga, otro portavoz oficial, informó de que en las últimas 24 horas sólo se pudo inspeccionar entre metro y medio y dos metros del compartimento, por los obstáculos amontonados.

En las 24 horas anteriores también se avanzaron otros dos metros, porque el buzo del interior tiene muy reducidos sus movimientos y trabaja en una plataforma de menos de medio metro cuadrado, añadió.

La existencia de muchos "restos cortantes" de la estructura del submarino en la cuarta cámara, que podrían rasgar la escafandra del buzo y poner en peligro su vida, sugirió que el compartimento sufrió también graves daños, en contra de lo previsto antes. Fuentes de la Flota dijeron hace días que el cuarto compartimento no sufrió tantos daños como el tercero, donde los buzos ni siquiera se atrevieron a entrar la semana pasada.

La operación de rescate desestimó cualquier intento de buscar cadáveres en los dos primeros compartimentos en la proa del "Kursk" por haber quedado totalmente destruidos en las dos misteriosas explosiones que echaron a pique el submarino.

El repentino cambio de prioridades hace una semana, cuando los buzos abandonaron la búsqueda iniciada en la popa y pasaron a la zona de proa, se interpretó como señal de que a la Armada le urgía encontrar códigos secretos militares y pruebas de la tragedia.

Para el almirante Vladímir Kuroyédov, comandante en jefe de la Armada, sólo es "cuestión de tiempo" el hallazgo que pruebe que fue un submarino extranjero el causante de la catástrofe.

Pese a haber rastreado palmo a palmo cien kilómetros cuadrados de fondo marino, no se han encontrado restos de ningún otro sumergible o buque extranjero, aunque Kuroyédov está "seguro" de su teoría.

El responsable de la Armada dijo que no atendería "ninguna otra suposición", aunque él mismo basó su certeza no en pruebas, sino en "hechos", y manifestó que las explosiones "borraron las huellas" de la colisión del submarino extranjero con el "Kursk".

Más de una docena de hipótesis se han barajado sobre la causa de la tragedia, entre ellas el impacto de un misil-torpedo del crucero "Pedro el Grande", buque insignia que dirigía las maniobras en las que se hundió el "Kursk".
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