MANILA.- Decenas de miles de filipinos se volcaron esta martes a las calles para sumarse al movimiento de protesta nacional que reclama la renuncia del Presidente Joseph Estrada, después de que la Cámara de Representantes decidiera en la víspera abrir un proceso de destitución contra el mandatario por acusaciones de corrupción.
Convocadas por organizaciones sindicales y empresariales, las manifestaciones contra Estrada lograron paralizar en gran parte la vida pública del país. La mayoría de las escuelas suspendieron sus clases, más de medio millar de fábricas cerraron sus puertas y las calles quedaron semivacías al unirse a las movilizaciones varios sectores del transporte público.
En la capital filipina, Manila, los manifestantes, entre ellos trabajadores, empresarios, estudiantes, empleados públicos, sacerdotes y monjas, se concentraron frente al palacio presidencial de Malacanang y en el barrio financiero de Makati. Similares protestas callejeras también se llevaron a cabo en centro urbanos en el interior del país.
Según cálculos de la policía, unas 15.000 personas se congregaron en el puente de Mendiola, frente al palacio presidencial, y otras 7.000 coparon la céntrica avenida Ayala, en el barrio de Makati. En cambio, los organizadores de la protesta aseguraron que más de 80.000 personas participaban en las dos manifestaciones.
"No nos vamos a detener hasta que Estrada haya sido destituido", exclamó Crispín Beltrán, presidente de la organización sindical Movimiento Primero de Mayo. "Si el Congreso no remueve al presidente, entonces el pueblo lo echará del poder a él y a su podrido gobierno", aseguró el dirigente sindical.
La Cámara de Representantes de Filipinas resolvió ayer abrir un proceso de destitución contra Estrada bajo las acusaciones de aceptación de sobornos, corrupción, traición de la confianza pública y violaciones a la Constitución. El juicio de destitución contra el presidente, de 63 años, se llevará a cabo en el Senado.
La Cámara alta del Congreso filipino garantizó hoy un juicio rápido y justo para el Estrada, quien está acusado de haber recibido más de ocho millones de dólares en beneficios provenientes de juegos ilegales y otros 2,6 millones de dólares correspondientes a impuestos sobre el tabaco recaudados a nivel provincial.
El presidente del Senado, Aquilino Pimentel, dijo hoy que los legisladores decidirán pronto sobre las reglas del juicio político contra Estrada, el primero que se lleva a cabo en la historia de Filipinas. El senador calcula que el proceso podrá comenzar a principios de diciembre, con audiencias seis días de la semana.
"El juicio será justo e imparcial porque si eso no es el caso la ciudananía no aceptará el veredicto del Senado", dijo Pimentel, quien fue elegido presidente de la Cámara alta recién el pasado lunes.
El cambio en la cúpula del Senado ha causado preocupación acerca de la imparcialidad de la Cámara durante el juicio. Pero Pimentel dijo que el Senado asegurará que el panel de la acusación, que estará compuesto por once miembros de la Casa de Representantes, tendrá la posibilidad "de presentar sus acusaciones y evidencias sin ningún tipo de obstáculos", y recalcó que Estrada tendrá la posibilidad de "responder a todas las imputaciones".
Estrada, un popular ex actor de cine que llegó a la presidencia en 1998, también está acusado de haber arruinado la economía y la moneda del país, el peso. El mandatario, quien rechaza todos los cargos formulados en su contra, ha anunciado que utilizará el juicio de destitución para limpiar su nombre.
