TOKIO.- El depuesto Presidente de Perú, Alberto Fujimori, afirmó este sábado que está dispuesto a testificar en Japón por las acusaciones de haber amasado una fortuna con fondos ilícitos, aunque reiteró que no regresará a su país por el momento para hacer declaración alguna.
"En las actuales circunstancias no estoy dispuesto a regresar a Perú, pero de buen agrado informaré a una comisión que venga", dijo el ex Mandatario. Fujimori, que negó por enésima vez haber amasado una fortuna con dinero ilegal, indicó que piensa regresar a Perú "algo mas tarde".
El ex jefe de Estado hizo tales declaraciones durante el paseo matinal en un parque próximo a la residencia en Tokio de la escritora Ayako Sono, presidenta de una fundación humanitaria que, durante el mandato de Fujimori, envió fondos para la construcción de escuelas.
Anoche dijo a la agencia local Kyodo y a otros medios de comunicación que, "en la situación actual", no pensaba acudir a una posible citación del Congreso peruano que estudia la suspensión de cargos públicos al ex mandatario, que de progresar le prohibiría estar en la política diez años. Fujimori llegó a Japón hace dos semanas tras asistir al Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) en Brunei, y desde Tokio remitió una carta al Congreso de Perú con su renuncia a la presidencia, que no la aceptó y en su lugar le incapacitó moralmente para el cargo.
En Tokio el depuesto mandatario ha manifestado su deseo de permanecer por tiempo indefinido y ha dicho que con el tiempo se conocerán los motivos de haber renunciado en Japón. El semanario en español International Press, que recoge las opiniones y el sentimiento de la numerosa colonia peruana en Japón, afirma en su último editorial que es "un deber ineludible del ingeniero Fujimori retornar al Perú lo más pronto posible para responder personalmente todas las acusaciones que se le imputan".
Al sugerir que el actual gobierno de Lima no dudará en darle la protección necesaria para su regreso, el semanario le muestra la preocupación de las colonias peruanas de descendientes de japoneses en Japón y Perú, la última de las cuales a raíz de su salida del país andino es centro de crecientes tensiones xenófobas.
"Hoy ambas colonias se sienten profundamente defraudadas por su actitud. Todos esperan que usted asuma su responsabilidad con coraje", concluye el editorial. La colonia peruana de Japón, cercana a las 50.000 personas (la mayoría, descendientes a su vez de japoneses, como el propio ex presidente), votó mayoritariamente por Fujimori en las últimas elecciones de ese país.
