NUEVA YORK.- Una sala de justicia de Tallahassee, capital de Florida, es hoy desde hace algunas horas el epicentro de la batalla legal que tiene en sus manos el prólogo de las elecciones presidenciales norteamericanas.
El juez N. Sanders Sauls debe decidir sobre el pedido del equipo legal de Al Gore de dar vía libre a un nuevo recuento manual de los votos de los condados de Palm Beach y Miami-Dade, luego de haber secuestrado y transportado a Tallahassee más de un millón de boletas electorales de los dos condados.
La decisión del juez, prevista para hoy, podría posponerse.
No obstante la decisión judicial de mantener una audiencia el sábado -hecho poco común en las salas de justicia estadounidenses-, el examen cruzado de testimonios por parte de los abogados de Gore y de Bush, requiere más tiempo de lo previsto.
El juez que entiende todo el procedimiento legal, incluido un eventual reexamen de las boletas, tiene plazo hasta el 6 de diciembre.
Sin embargo, los republicanos lanzaron una contraofensiva legal, con el objeto de alargar los tiempos.
En el aula, el abogado de Bush, Phil Beck, dedicó horas al examen de un testimonio presentado por los demócratas, el de Kimball Brace, un experto de sistemas de votos mediante boletas "tipo mariposa" como la usada en Palm Beach.
Al mismo tiempo, el equipo legal de Bush -que al igual que el de Gore tiene hoy en Tallahassee las dimensiones de un pequeño ejército-, llevó al juez otros pedidos: si son contadas nuevamente las boletas de Palm Beach y Miami, dicen los letrados republicanos, entonces deben volverse a controlar los otros dos estados sospechados, Volusia y Broward.
Todo esto tiende a prolongar en demasía los tiempos que, sin embargo, deben acortarse.
