ANKARA, Turquía.- El parlamento turco aprobó este jueves una amnistía que reducirá a la mitad la población penal del país y se permite el traslado de presos a cárceles menos hacinadas.
Simultáneamente, 158 presos ultraizquierdistas se rindieron tras tres días de enfrentamientos con tropas del ejército, que fue llamado para sofocar dos motines carcelarios. Por lo menos 17 prisioneros y dos soldados han muerto desde el martes. Varios de los prisioneros se inmolaron.
Los soldados ingresaron por la fuerza en las 20 cárceles para poner fin a las protestas, entre ellas una huelga de hambre que se extendió por dos meses contra la idea de transferirlos a celdas pequeñas, donde temen ser más vulnerables al posible abuso de los guardias.
La lucha por el control de las cárceles turcas comenzó el martes cuando los soldados irrumpieron en 20 centros penitenciarios. Hoy, helicópteros de la policía sobrevolaron constantemente la prisión de Umraniye en Estambul y la de Canakkale en el oeste del país. Esas cárceles eran las dos en las que los presos seguían alzados. Unos 400 presos seguían en rebeldía en la prisión de Estambul.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos temen que la cifra de muertes es mucho más alta. Los presos protestan contra el plan del gobierno de fragmentar los pabellones grandes, que según las autoridades son utilizados por grupos políticos como centros de adoctrinamiento.
En el frente político, en tanto, los legisladores aprobaron la polémica ley de amnistía, rechazada por los familiares de víctimas de crímenes. La ley ya fue vetada en el pasado por el Presidente Ahmet Necdet Sezer, pero en Turquía un Mandatario no puede vetar una ley dos veces.
Se espera que la ley, que dejaría en libertad a casi la mitad de los 72.000 presos en el país, sea promulgada en 15 días. La amnistía cubre los delitos cometidos antes del 23 de abril de 1999 y reduce en 10 años las sentencias.
Asesinos convictos y ladrones se verán beneficiados, pero los violadores, funcionarios corruptos, narcotraficantes y terroristas, no. Para el gobierno es vital reducir la población en las cárceles al tiempo que trata de asumir su control pleno, pues considera los centros de reclusión como "nidos de terroristas".
