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Bush discutirá con Koizumi de seguridad y de economía

El avión presidencial Air Force One aterrizó en el aeropuerto internacional de Tokio-Haneda a media tarde en medio de fuertes medidas de seguridad y, desde allí, se trasladó a la embajada estadounidense, en el centro de la capital.

17 de Febrero de 2002 | 07:54 | EFE
TOKIO.- El Presidente estadounidense, George W. Bush, llegó hoy domingo a Tokio para estrechar con las autoridades japonesas la cooperación contra el terrorismo y las amenazas a la seguridad asiática, además de contribuir con sus consejos a la mejora económica del archipiélago.

El avión presidencial Air Force One aterrizó en el aeropuerto internacional de Tokio-Haneda a media tarde en medio de fuertes medidas de seguridad y, desde allí, se trasladó a la embajada estadounidense, en el centro de la capital.

Las autoridades japonesas han movilizado unos 18.000 policías en previsión de posibles incidentes.

Tras una primera jornada de descanso del largo viaje y para acomodarse al cambio horario, en la que cenará en privado con su embajador en Tokio, Howard Baker, Bush comenzará mañana esta gira por Asia en la que durante siete días visitará además Corea del Sur y China.

Durante el trayecto a Tokio, en la escala del avión en la base aérea militar Elmendorf de Alaska, Bush reiteró que el objetivo del viaje girará en torno a su última ofensiva política contra los tres países de su denominado "eje del mal" (Corea del Norte, Irán e Irak), a los que considera amenazas para la paz mundial por desarrollar armas de destrucción masiva.

"Voy a continuar trabajando con los líderes (de Japón, Corea del Sur y China) sobre nuestras preocupaciones comunes, empezando por la lucha contra el terror", dijo en su arenga a los militares de la base americana de Alaska, a los que subrayó que EE.UU. no "pestañeará" ante los terroristas.

Corea del Norte, a menos de 800 kilómetros de las costas japonesas, es un enigmático vecino que Tokio cataloga como la principal amenaza a la seguridad del país.

Por ello, el Gobierno japonés no se inmutó cuando Bush acusó de cómplice del terrorismo al régimen estalinista de Pyongyang, pues casi todo el archipiélago se encuentra al alcance de los misiles norcoreanos que parece haber desarrollado, tal como lo demostró el lanzamiento experimental de uno de ellos recientemente y que cruzó el espacio aéreo nipón.

Aunque Tokio respalda la política de acercamiento del presidente surcoreano, Kim Dae Jung, a Pyongyang y ofrece una pequeña ayuda humanitaria contra la hambruna norcoreana, se mantiene a buen recaudo pues éstos no han admitido las acusaciones japonesas de que agentes infiltrados de Corea del Norte han secuestrado en 25 años a casi una docena de japoneses.

En un debate televisivo previo a la llegada del Presidente estadounidense, el viceministro del Gabinete Shinzo Abe afirmó que Japón "comprende" las declaraciones de Bush sobre Pyongyang, cuyo régimen podría vender armas a organizaciones terroristas.

"Las relaciones de EE.UU. y Corea del Norte son diferentes de las nuestras con Pyongyang, pero nuestro punto de vista básico es el mismo", dijo Abe, quien sugirió que como aliado de Washington, Tokio podía tener también otro acercamiento al problema, que no detalló.

En el mismo programa, el ministro de Defensa nipón, Gen Nakatani, no aclaró si Japón apoyaría la extensión de la campaña bélica estadounidense contra el terror más allá de Afganistán.

"Todo depende de si existe una conexión con los ataques terroristas del 11 de septiembre. De todas formas necesitaríamos una explicación de las acciones estadounidenses para poder emitir un juicio", indicó Nakatani.

Durante su estancia en Tokio, hasta el miércoles, Bush mantendrá una reunión de trabajo con el Primer Ministro, Junichiro Koizumi, será recibido en audiencia por los emperadores Akihito y Michiko, y pronunciará un discurso en la Dieta, Parlamento japonés, además de celebrar un encuentro con líderes empresariales del archipiélago.

Bush visitará el templo Meiji, símbolo de la apertura nipona al exterior, y será invitado por el primer ministro a cenar en privado en un tradicional restaurante japonés el lunes, con lo que mostrará a la detallista opinión pública japonesa la "especial amistad" que une a ambos, para impulsar así también su decreciente popularidad.

En medio de su mayor crisis económica del último medio siglo y tras recibir múltiples presiones internacionales, incluida la de EE.UU., Koizumi le explicará los esfuerzos oficiales para superar la actual situación y el último plan contra el fenómeno deflacionario que padece el país y que pretende poner en práctica a finales de mes.

En Tokio se espera que además de ciertos consejos económicos, Bush respalde las acciones de Koizumi para poder ejecutarlos sin mayores titubeos y que la comunidad empresarial y los vecinos asiáticos vean que EE.UU. confía en que Japón volverá a ser la locomotora de la economía mundial que un día fue.

Este es el primer viaje de George W. Bush a Japón, cuyos planes originales fueron pospuestos debido a los atentados terroristas del 11 de septiembre, aunque se ha entrevistado ya con Koizumi en tres ocasiones.
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