BUENOS AIRES.- El gobierno argentino logró aplacar una fuerte disputa en el sector petrolero por un resistido impuesto a las exportaciones de hidrocarburos, pero otro frente de conflicto asomó el martes ante el inicio de negociaciones para bajar los gastos de las convulsionadas provincias, que exige el FMI.
El gobierno federal se reunió este martes con los gobernadores de las 24 provincias del país para reclamarles un fuerte ajuste en los gastos, una de las exigencias centrales del Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de reanudar la asistencia financiera a Argentina.
El FMI considera que las provincias no han realizado ajustes sustanciales en sus erogaciones mensuales y exigió una fuerte disminución como condición para avanzar en una ayuda financiera que saque a Argentina de la más severa crisis económica de las últimas décadas, con 44 meses de recesión y 20% de desempleo.
El gobierno reclama una reducción en las erogaciones estatales de los distritos de entre 2.000 y 3.500 millones de pesos (1.000 a 1.750 millones de dólares), que incluso podría afectar los salarios, en medio de un persistente clima de protesta social en casi todos los distritos.
Este martes se renovaron las protestas en varios distritos, sobre todo en la provincia de Buenos Aires (la mayor del país con 13 millones de habitantes), donde se registraron cortes de rutas por parte de desocupados, y manifestaciones de ahorristas contra el bloqueo a sus depósitos bancarios.
En ese marco, el Banco Central dispuso este martes nuevas normas de flexibilización a las restricciones para el uso de los depósitos al permitir la utilización de los plazos fijos para aplicarlos al pago de bienes durables, aunque esos fondos no podrán ser retirados del sistema bancario.
Además del crítico cuadro social, las provincias acumulan en conjunto deudas por 24.700 millones de pesos (11,4 mil millones de dólares) , casi un 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
El gobierno del presidente Eduardo Duhalde comenzó a negociar también un nuevo pacto con las provincias para bajar la distribución de fondos, cuyo piso vigente es de 1.364 millones de pesos mensuales (unos 650 millones de dólares) que reparte a los 24 distritos.
Los mandatarios provinciales (14 son del gobernante peronismo y diez opositores) se reunieron el martes en Buenos Aires con Duhalde y los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov, del Interior, Rodolfo Gabrielli, y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Al término del encuentro, el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, dijo en rueda de prensa que no se había hablado "de reducciones ni montos", sino de "una reforma integral" del sistema de distribución de impuestos que "se pueda cumplir".
El portavoz dijo que el gobierno federal ofreció a las provincias repartir el impuesto a las transferencias financieras (de 0,6% sobre la emisión de cheques, vigente desde 2001) y dar mayor capacidad de recaudación a los distritos.
Aunque Amadeo dijo que "hubo acuerdo en el espíritu que permite pensar que pronto vamos a tener un nuevo sistema de coparticipación federal", el gobernador peronista de la provincia de Santa Cruz (sur), Néstor Kirchner, sostuvo que no hubo "ningún preacuerdo" entre las partes.
De su lado, el gobernador de Salta (noroeste), Juan Carlos Romero, dijo a la AFP que "aún no hay acuerdo general y se sigue dialogando".
Los gobernadores analizaron también una reforma para achicar los gastos en la actividad política y una eventual suspensión de la emisión de bonos provinciales.
El gobernador de San Juan (oeste), Alfredo Avelín, advirtió que él no será "el verdugo" de la población del distrito si se le reclama un nuevo ajuste.
Argentina necesita al menos 23.000 millones de dólares para hacer frente a la crisis financiera y económica, pero se estima que apenas recibirá la mitad, siempre que la nación sudamericana lleve a cabo los ajustes requeridos.
Tras recibir en la víspera el apoyo de sus colegas del Mercosur, durante una cumbre que sesionó en Buenos Aires, Duhalde reclamó a los organismos financieros apoyo económico.
"Es una lógica que se da en todo el mundo: primero los apoyos políticos, que deben concretarse después en apoyos económicos", dijo Duhalde en su programa radial "Conversando con el presidente".
En las últimas semanas, Argentina también recibió el respaldo del Grupo de los siete países más industrializados (G7) y del canciller alemán Gerhard Schroeder.
La amenaza del nuevo frente de tormenta con las provincias se produce después de que el gobierno desactivara una huelga por tiempo indefinido de los sindicatos petroleros que podría haber provocado un desabastecimiento de combustible.
Los sindicatos petroleros habían decidido la protesta luego de que las empresas petroleras amenazaran con 10.000 a 15.000 despidos por la decisión del gobierno de aplicar un gravamen a las exportaciones de hidrocarburos.
Los trabajadores aceptaron este martes una tregua obligatoria entre las partes dictada por el gobierno la noche del lunes al cabo de movilizaciones masivas de empleados del sector en las provincias sureñas de Chubut, Santa Cruz y Neuquén, todas productoras de petróleo.
Sin embargo, la petrolera estadounidense Esso anunció este martes un aumento en el precio de los combustibles de entre 4,9% y 6,3% en sintonía con el incremento que decidió anoche la anglo-holandesa Shell.
Argentina había pasado la prueba de fuego en la primera semana de vigencia de mercado libre y único de cambios con un dólar cotizado a 1,85 peso para la compra y dos para la venta, aunque este martes la cotización pegó un salto y cerró a dos pesos para la compra y 2,15 para la venta.
