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La opinión pública ya no tolera secuestros, según mediador suizo

Experto se muestra pesimista y señala que "todos los observadores coinciden en que tendrá que pasar mucho tiempo antes de que consiga que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones" y recuerda que "tras una crisis similar, en 1992, pasaron seis años antes de que se consiguiese restablecer los contactos".

26 de Febrero de 2002 | 08:33 | EFE
GINEBRA.- La opinión pública colombiana no tolera ya el recurso a los secuestros como "arma de resistencia", afirma el mediador suizo entre las diversas guerrillas, el Gobierno y los grupos colombianos, Jean-Pierre Gontard.

"Unas tres mil personas son tomadas como rehenes como media cada año por las guerrillas, pero también por los militares o grupos de delincuentes", señala Gontard en declaraciones que publica hoy el diario "Tribune de Geneve".

Según Gontard, la candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada el sábado por grupos guerrilleros, "se metió ella misma en la boca del lobo".

"Calculó mal al trasladarse a una zona que acababa de recuperarse de las FARC. Creo que midió mal el riesgo. Los secuestros de políticos no dejan de acelerarse de un año a esta parte", explica Gontard, que es director adjunto del Instituto Universitario de Estudios del Desarrollo, de Ginebra.

Preguntado por la estrategia de las FARC, el experto suizo señala que éstas exigen por un lado "negociar a partir de las causas sociales del conflicto, exigen una reforma agraria, la puesta en marcha de un seguro de paro y una nueva constitución".

"Por otro lado, les importa mucho llegar a un acuerdo sobre intercambio de prisioneros. Lo cual es fundamental: para infundirles valor a sus hombres, es para ellos un pundonor no dejarlos en manos del enemigo", explica.

Según Gontard, en este sentido "seguramente esperaban una reanudación de las negociaciones después de que liberasen en señal de buena voluntad a los soldados del Gobierno y se quedasen sólo con oficiales y suboficiales".

"Al mismo tiempo, agrega, (los guerrilleros) tienen la impresión de que los militares no están dispuestos a todo para recuperar a sus hombres. Así, por ejemplo, (el Ejército) no ha emprendido ninguna operación de comando".

"De pronto, con la esperanza de liberar a centenares de guerrilleros retenidos en los centros de detención del Estado, las FARC comenzaron a atacar a los políticos por considerarlos blancos más sensibles", explica el mediador suizo.

En relación con las medidas militares del Gobierno de Andrés Pastrana, Gontard señala que lo que sorprendió a los observadores no fue la decisión de interrumpir las conversaciones con la guerrilla porque ya lo había hecho en enero en dos ocasiones, sino lo "brusco" del ultimátum.

"En ocasiones anteriores, la ONU, los diez países amigos (Suiza, entre ellos) y la Iglesia católica dispusieron siempre de cuarenta y ocho horas para recomponer los platos rotos y llevar otra vez a las dos partes a la mesa de negociaciones".

"Sin embargo, el pasado miércoles, Pastrana anunció a las 21 horas la retirada del Gobierno y puso como plazo la media noche. Las primeras bombas empezaron a caer inmediatamente después. Tenía claramente la intención de pelearse con las FARC", afirma el experto.

Según Gontard, aunque el propio Pastrana no se presenta de nuevo a las elecciones, "al final de un mandato enteramente volcado en el proceso de paz, tal vez ha querido demostrar que hizo todo lo que estaba en su poder y que el fracaso no es una confesión de debilidad".

El experto se muestra pesimista, señala que "todos los observadores coinciden en que tendrá que pasar mucho tiempo antes de que consiga que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones" y recuerda que "tras una crisis similar, en 1992, pasaron seis años antes de que se consiguiese restablecer los contactos".
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