MOSCÚ.- Con la identificación de fragmentos humanos atribuidos al comandante Gennadi Lyacin, se dió por concluida la fase investigativa de los restos del submarino nuclear ruso "Kursk", hundido el 12 de agosto de 2000 en el Mar de Barents con 118 marineros a bordo, todos muertos en la tragedia.
Lo informó hoy a la agencia Interfax la fiscalía general rusa, que conduce la investigación oficial sobre el incidente.
Del comandante Lyacin, que evidentemente se encontraba cerca al epicentro del desastre, se hallaron pocos restos, que igualmente la viuda pudo reconocer.
En total, en los últimos meses, fueron identificados los restos de 114 hombres, entre ellos unos sesenta cuerpos en buen estado de conservación.
De cuatro marineros no se halló nada reconocible.
Lo que quedó del "Kursk" fue recuperado y reflotado a superficie en el marco de un operativo sin precedentes concluido en octubre pasado, en respeto al compromiso que había asumido el presidente Vladimir Putin con los familiares de las víctimas.
En efecto, Putin se comprometió entonces a recuperar los cadáveres para poder darles sepultura y hacer una profunda investigación sobre las causas del incidente que desató fuertes emociones y polémicas.
Los controles realizados sobre los restos permitieron a la fiscalía general establecer con términos de alta probabilidad que lo que causó el hundimiento fue la explosión de un torpedo a bordo, posiblemente defectuoso.
Esta conclusión evapora del campo la hipótesis la colisión con una unidad espía, sostenida inicialmente por algunos altos jefes militares.
Para un veredicto definitivo será necesario aún esperar la recuperación de la proa del submarino, seccionada del resto de la nave por razones de seguridad durante las tareas realizadas meses pasados y que fue dejada en el fondo del mar.
La recuperación de esta pieza está programa para el verano (boreal) próximo.
