QUITO.- El presidente electo de Colombia, Alvaro Uribe, dijo el jueves que su país deberá llevar a cabo un costoso plan para poner fin a un conflicto interno de 38 años, a pesar del bajo crecimiento de la economía local y una creciente deuda pública.
Uribe, quien tomará posesión de su cargo el 7 de agosto, afirmó durante una visita a Ecuador que una mezcla de alzas de impuestos y ayuda internacional ayudaría a financiar un aumento del gasto militar y social para frenar una guerra que siega miles de vidas al año.
Uribe enfrenta un duro camino desde que se recortaron las proyecciones de crecimiento económico la semana pasada a un modesto 1,5 por ciento, desde 2,5 por ciento para el 2002, mientras que la deuda pública representó en marzo el 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin embargo, Uribe, un abogado con estudios en Harvard y Oxford, señaló que los problemas económicos no frenarían sus planes y que esperaba que los más de 40 millones de colombianos lo apoyen en sus planes de recortar el gasto público burocrático, controlar la evasión tributaria y pagar impuestos para financiar sus esfuerzos de guerra.
"Lo que más le cuesta a Colombia es no resolver el problema...", dijo a periodistas en Quito, al lamentar que la violencia en su país haya ahuyentado a los inversionistas.
"Un pueblo digno que quiere preservar su autonomía y acrecentar su respetabilidad internacional tiene que empezar por hacer su propio esfuerzo adicional para resolver estos problemas", agregó.
Uribe ha luchado por elevar el apoyo para sus programas en el extranjero desde que fue elegido en mayo. Estos buscan fortalecer a las fuerzas armadas y erradicar la pobreza que afecta al 60 por ciento de los colombianos.
El mandatario electo quiere elevar el gasto militar en alrededor de un tercio, o 1.000 millones de dólares, anualmente para restablecer la capacidad operativa mientras que sus asesores han insistido en la necesidad de gastar otros 2.700 millones en programas sociales en sus cuatro años de gobierno para aliviar una pobreza generalizada.
Uribe admitió que el conflicto de su país, financiado en parte por el tráfico de drogas, ha desbordado la frontera de 586 kilómetros con Ecuador y que las incursiones de grupos guerrilleros al vecino país han sembrado temores que la violencia podría adentrarse en su territorio.
Después de reunirse con el mandatario ecuatoriano, Gustavo Noboa, Uribe dijo que esperaba establecer proyectos de conservación ambiental en la frontera, así como elevar la presencia de las fuerzas del orden para prevenir que los delincuentes crucen hacia Ecuador.
"Si resolvemos el conflicto colombiano ésa es una vacuna de seguridad democrática para todos nuestros vecinos, si ese conflicto continúa, la amenaza es para todo el subcontinente", afirmó.
