SKOPJE.- Los electores acudían masivamente y en calma este domingo a las urnas en Macedonia para elegir un nuevo parlamento, llamado a consolidar la paz restablecida por la comunidad internacional en 2001 tras un conflicto entre fuerzas gubernamentales y rebeldes albaneses.
Ningún incidente significativo fue señalado a mitad de la jornada, para tranquilidad de los representantes de la comunidad internacional.
Más de unos mil observadores, 800 de ellos de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), vigilaban para que los comicios se desarrollen en calma.
Skopje ofrecía el domingo una imagen de serenidad, pues los electores dicen que votan "por la paz y la prosperidad".
Los macedonios deben decidir si renuevan o no la confianza a sus dirigentes, de los que están decepcionados, mientras de lado albanés aparece un nuevo partido en la escena política, salido de la ex guerrilla de la UCK y con posibilidades de entrar al Parlamento.
Las elecciones constituyen una etapa crucial para la normalización de las relaciones entre los macedonios, mayoritarios, y los albaneses, un año después de finalizado un conflicto armado interétnico que amenazó la estabilidad del país.
Más de 1,6 millones de electores de seis circunscripciones son convocados a elegir entre los candidatos que ocuparán los 120 escaños del Parlamento, en un escrutinio que fue considerado de alto riesgo, marcado durante la campaña electoral por graves incidentes en los cuales murieron tres policías.
La comunidad internacional, artesana de una paz aún frágil en esta ex república yugoslava que logró su independencia a finales de 1991, expresó en más de una ocasión su inquietud durante las últimas semanas sobre el desenlace de las elecciones, y multiplicó las advertencias a los líderes políticos.
Cuatro años después de pronunciarse a favor de los hombres de Ljubco Georgievski, Primer ministro saliente, los electores macedonios dudan. No quieren la reelección del equipo actual, pero tampoco desean el regreso del líder de la oposición, Branko Crvenkovski, como jefe de gobierno, un puesto que tuvo durante varios años después de la independencia de Macedonia en 1991.
En 1998, Branko Crvenkovski dejó sus funciones de Primer ministro a causa de acusaciones de corrupción. El domingo, su sucesor debería por las mismas razones cederle el lugar, según las encuestas.
Pese a su descontento, los macedonios piensan votar de todas maneras, pero aún no saben por quien y por eso se decidirán a última hora.
Los albaneses (22% del electorado, o sea 1,6 millones de personas) no están confrontados al mismo dilema que los macedonios.
La mayoría tiene esperanzas en el nuevo hombre fuerte, Ali Ahmeti, ex jefe político del movimiento rebelde Ejército de Liberación Nacional (UCK), que combatió a las fuerzas gubernamentales en 2001 antes de ser desmantelado por la presión internacional.
De los dos millones de habitantes de Macedonia, el 66,5% son macedonios eslavos, el 22,9% son albaneses, el 2,7% son gitanos y el 2,2% son serbios, según cifras oficiales de 1994.