JERUSALÉN.- Israel estaba este lunes aislado del resto del mundo, con sus fronteras y todos sus medios de comunicación nacionales cerrados con motivo de Yom Kippur, la fiesta más sagrada del judaísmo.
La más absoluta tranquilidad reinaba en las ciudades desde el final de la tarde del domingo, cuando se inició un ayuno de 24 horas. Prácticamente ningún automóvil circulaba en las aglomeraciones judías israelíes, donde las bicicletas sustituyeron a los vehículos motorizados.
Los aeropuertos y puertos también fueron cerrados durante 24 horas, así como el puesto fronterizo de Rafá, que une la franja de Gaza a Egipto, el puente Allenby, que une Jordania a Cisjordania, y los tres principales pasos entre la franja de Gaza y el terrritorio israelí: Erez, Karni y Sufa.
Las emisoras de radio y los canales de televisión del país cesaron sus emisiones desde el domingo y ni siquiera difunden boletines informativos.
Los territorios palestinos están totalmente cerrados y se ha impuesto un toque de queda en casi todas las ciudades palestinas de Cisjordania reocupadas por el ejército israelí: Ramallá, Naplusa, Jenín, Hebrón, Tulkarén y Kalkilia.
El cierre y el toque de queda terminarán el martes a las 02H00 de la madrugada local (23H00 GMT del lunes).
El ejército justificó esta medida por el riesgo creciente de ataques suicida durante la festividad.
Yom Kipur, día del Gran Perdón o de la Expiación, se celebra diez días después de las fiestas de Año Nuevo y está totalmente dedicado a la plegaria.
Los judíos deben respetar un ayuno de 24 horas durante esta jornada dedicada a Dios, que puede perdonar o no a los pecadores. También deben pedir perdón a quienes ofendieron durante el último año.
Los más religiosos se visten de lino blanco y no llevan zapatos o cinturones de cuero como muestra de humildad y contrición.
