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Primeras divisiones en Consejo de Seguridad por tema Irak

Las discrepancias principales entre EE.UU. y algunos de sus aliados, como el Reino Unido y España, y Rusia y otras naciones, como Irán o Siria, se refieren a la necesidad o no de aprobar una nueva resolución del máximo órgano de decisión de la ONU.

17 de Septiembre de 2002 | 16:59 | EFE
NACIONES UNIDAS.- La decisión del régimen de Saddam Hussein de aceptar el regreso incondicional de los inspectores produjo hoy las primeras divisiones entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente entre Rusia y Estados Unidos.

La disparidad de criterios fueron tan evidentes que el propio secretario general de las Naciones Unidos, Kofi Annan, resaltó en presencia de los responsables de las diplomacias de Washington, Colin Powell, y de Moscú, Igor Ivanov, la importancia de mantener la unidad de criterio respecto a Bagdad dentro del Consejo.

"Por mi experiencia, el Consejo de Seguridad tiene mucho más impacto y logra más cosas cuando funciona en unidad y debemos intentar retener esa unidad de criterio que ha emergido en los últimos días", resaltó Annan en rueda de prensa.

Las discrepancias principales entre EE.UU. y algunos de sus aliados, como el Reino Unido y España, y Rusia y otras naciones, como Irán o Siria, se refieren a la necesidad o no de aprobar una nueva resolución del máximo órgano de decisión de la ONU.

Según el Gobierno estadounidense, la decisión de Saddam Hussein de aceptar a los inspectores de armas no cambia la necesidad de enviar un mensaje claro a Bagdad en el sentido de que si no se desarma tendrá que atenerse a las consecuencias, es decir un ataque.

Powell insistió en que el Consejo de Seguridad debe seguir trabajando en una resolución que imponga condiciones "duras y sólidas", porque el problema con Irak no se limita a la cuestión de los inspectores, sino que tiene que ver también con "el desarme, la represión de las minorías y el terrorismo".

Ivanov, sin embargo, estimó que lo más importante en ese momento es reanudar cuando antes las inspecciones para comprobar si, como dice Washington, el régimen iraquí oculta o está intentando lograr armas de destrucción masiva, algo que rechaza Bagdad.

"Desde nuestro punto de vista no necesitamos una resolución especial", dijo Ivanov, quien consideró que el cambio de actitud de Sadam Husein es una "buena oportunidad" de que las Naciones Unidas deben aprovechar con rapidez y urgencia.

El Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, el español Javier Solana, explicó a la agencia EFE que si la carta enviada por Irak en la que acepta el regreso de los inspectores sin limitaciones está escrita de "buena voluntad", significaría que la presión internacional ha empezado a dar sus frutos.

"Nuestra posición ha sido clara. Nuestra preocupación ha sido siempre la proliferación de armas de destrucción masiva. No está en la mente de los europeos que el cambio de régimen sea una razón para la utilización de la fuerza", dijo Solana.

Francia, otro de los miembros permanentes del Consejo con derecho a veto junto a Rusia, EE.UU., Reino Unido y China, estimó que ahora este órgano de la ONU tiene varias opciones que considerar y también respaldo el rápido regreso de los inspectores internacionales.

"Desde mi punto de vista todos los elementos necesarios están en las resoluciones que ya existen", dijo el ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepín, en aparente rechazo a cualquier nuevo texto que pueda utilizar el uso de la fuerza.

Por su parte, la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, se mostró partidaria de una nueva resolución del Consejo de Seguridad que garantice el control y la destrucción de las armas de Irak, y opinó que este documento debe ser "muy firme y claro".

El egipcio Amre Musa, secretario general de la Liga Arabe, consideró, asimismo, que un ataque en este momento, "abriría la puerta al infierno", y estimó, como muchos de sus colegas árabes, que es tiempo de comprobar la actitud de Saddam Hussein.

El Primer Ministro israelí, Simon Peres, respaldó a Estados Unidos respecto a su escepticismo sobre la propuesta iraquí. "Para confiar en una carta -dijo- uno debe primero confiar en el autor de la carta, y como el autor ha violado su credibilidad y confianza, no miraría tanto a la carta como a la situación".
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