MADRID.- España negó el lunes la afirmación marroquí de que un helicóptero militar español había aterrizado en el disputado islote de Perejil y dijo que lamentaba que Rabat haya cancelado las conversaciones que debían celebrarse el lunes en Madrid para suavizar sus turbulentas relaciones.
El pequeño y deshabitado islote situado a unos 200 metros de la costa marroquí fue centro de un conflicto entre ambos países en julio, cuando el ejército español expulsó a punta de pistola a soldados marroquíes que se habían establecido en Perejil.
El ministro marroquí de Relaciones Exteriores, Mohamed Benaissa, canceló el domingo su visita prevista a Madrid en protesta por el presunto aterrizaje de un helicóptero español en el escarpado islote de Perejil.
La ministra española de Relaciones Exteriores, Ana Palacio, dijo que un helicóptero de la Armada española simplemente había volado cerca de la isla para investigar indicios de una posible incursión marroquí, pero que no había aterrizado.
"Lamento mucho que no se vaya a llevar a cabo la visita del ministro Benaissa", dijo Palacio a la estación Antena 3 Televisión. "La Armada hizo lo que tenía que hacer, que es vigilar si se rompe el ’status quo’ (en la isla)".
El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, ayudó a forjar el acuerdo de "status quo" poco después del fin del conflicto en julio. En virtud de ese acuerdo, Marruecos y España aceptaron devolver a la escarpada roca a su anterior estatus desmilitarizado.
El Ministerio marroquí de Relaciones Exteriores había dicho en un comunicado el domingo que el supuesto aterrizaje del helicóptero era una violación "inaceptable" de su espacio aéreo y territorial.
Pero Palacio dijo al respecto: "Indudablemente tengo que decir que lo que en el comunicado se califica como un incidente muy lamentable, yo lo califico como (...) perfectamente entendible".
Benaissa tenía previsto reunirse con Palacio el lunes en lo que la ministra calificó de "partido de vuelta" de un viaje que hizo a Rabat poco después del conflicto sobre el islote, al que se conoce como Toura o Leila en Marruecos.
Ambos países, vecinos a través del Estrecho de Gibraltar, han retirado sus embajadores de sus respectivas capitales y siguen enfrentados en una serie de cuestiones como la inmigración, derechos de pesca y disputas territoriales.
Por debajo de la disputa diplomática sobre el estatus de Perejil está la insistencia de Marruecos de que los dos enclaves españoles situados en su costa septentrional, Ceuta y Melilla, sean entregados a Rabat.
Madrid considera los enclaves, en poder de España desde hace cientos de años, partes integrales de España y ha dicho que su futuro no es negociable.
