BOGOTA.- Estados Unidos solicitó al gobierno colombiano la extradición del jefe paramilitar Carlos Castaño bajo cargos de narcotráfico, informó hoy el ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño.
La petición será formalizada en las próximas horas por la embajada de Washington en Bogotá y trasladada luego a la Fiscalía, que coordinará con el gobierno la captura del líder de ultraderecha, señaló a la prensa el funcionario.
Castaño, quien en pasados días reasumió el control de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), había anunciado su disposición a someterse a la justicia norteamericana en caso de que Estados Unidos presentara una solicitud de extradición en su contra.
En una entrevista difundida el pasado 8 septiembre, el jefe paramilitar afirmó que prefería ser trasladado a territorio norteamericano para poder aclarar allí su situación ante las autoridades, al rechazar sus supuestos vínculos con el narcotráfico.
El ministro del Interior y Justicia señaló este martes que el gobierno estudiará la solicitud de Estados Unidos y la enviará después a la Corte Suprema de Justicia, para que ese órgano determine su viabilidad.
"Tras largos meses de discusión y análisis sobre el tema, estaremos recibiendo en las próximas horas la solicitud formal del gobierno de Estados Unidos para extraditar a Carlos Castaño. La medida está relacionada con el delito de narcotráfico", afirmó Londoño.
El funcionario reiteró que su despachó coordinará con la Fiscalía la captura y posterior extradición del comandante paramilitar hacia Estados Unidos, donde deberá responder por el delito de tráfico de estupefacientes.
Además de narcotráfico, Castaño es acusado por Washington de liderar organizaciones terroristas.
La Casa Blanca incluyó a las AUC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) en su lista de las 30 grupos terroristas más peligrosos del mundo.
Castaño había anunciado en julio la disolución de las AUC como organización, al rechazar los vínculos de algunos jefes paramilitares con la producción y el tráfico de cocaína y los excesos cometidos por éstos en la guerra a muerte que libran con los grupos rebeldes.
Tras su renuncia, el jefe de ultraderecha asumió junto con Salvatore Mancuso la dirección política y militar de la Autodefensas Campesinas de las regiones de Córdoba y Urabá (ACCU), el principal bloque paramilitar que opera en el país.
Desde entonces, Castaño inició una especie de cruzada contra el binomio narcotráfico-paramilitares y, en varios comunicados, advirtió sobre la posibilidad de que las AUC terminaran convertidas en una organización delincuencial por cuenta de esas actividades.
Asimismo, el dirigente de extrema derecha empezó a allanar el camino hacia una posible negociación con el gobierno del presidente Alvaro Uribe a partir de una serie de mensajes, en los que ratificó su disposición al diálogo y a suprimir los métodos de barbarie utilizados por su organización.
Tras varias semanas de tensión, Castaño decidió reasumir el mando de las AUC bajo la condición de que sus demás integrantes pondrían fin a los vínculos con el narcotráfico y se abstendrían de ejecutar operaciones que pusieran en riesgo la vida de civiles.
