BOGOTA.- El ejército colombiano, apoyado con helicópteros, inició el martes un operativo en una zona montañosa del centro del país para tratar de rescatar a un obispo secuestrado por la guerrilla, en el más reciente incidente contra la iglesia católica dentro del conflicto interno.
El Papa Juan Pablo II, por su parte, pidió a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que liberen sin causar daño a monseñor Jorge Enrique Jiménez, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), secuestrado el lunes junto con otro sacerdote.
Jiménez, obispo de la diócesis de la colonial ciudad de Zipaquirá, al norte de Bogotá, fue secuestrado por rebeldes cuando se dirigía a cumplir una misión pastoral cerca al municipio de Topaipi, en el central departamento de Cundinamarca, 80 kilómetros al noroeste de la capital colombiana.
"Se ha hecho un despliegue importante de tropas. También tenemos helicópteros que han llegado para apoyar este operativo", dijo la ministra de Defensa Marta Lucía Ramírez.
El obispo, de 60 años, es presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el órgano de animación y apoyo a las 22 Conferencias Episcopales de los países de América Latina y el Caribe. Jiménez lo preside desde mayo de 1999.
Pese a que algunas fuentes de seguridad admitieron la posibilidad de que las FARC intenten incluir al obispo en una lista de personalidades para intercambiarlas por rebeldes encarcelados en las hacinadas prisiones estatales, la ministra de Defensa calificó la retención como extorsiva.
"Yo no me atrevería a interpretarlo (...) este, al igual que todos los secuestros, es de carácter extorsivo", dijo Ramírez.
Gobierno ofrece recompensa
Las FARC, el principal grupo rebelde del país con 17.000 combatientes, mantienen actualmente secuestrados a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, un gobernador, dos ex ministros, 12 diputados regionales, cinco ex congresistas y 50 miembros de las Fuerzas Armadas.
El gobierno colombiano ofreció una recompensa de 35.000 dólares a quien suministre información que permita rescatar al obispo.
En el pasado, sacerdotes católicos han sido secuestrados por la guerrilla y liberados horas después con mensajes para el gobierno o las autoridades locales.
La iglesia católica fue mediadora en los fallidos diálogos de paz entre el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana y las FARC, que colapsaron en febrero y con los que se buscaba poner fin a un conflicto interno de 38 años, que dejó 40.000 muertos en los últimos dos lustros.
Desde 1984, los grupos armados ilegales, principalmente la guerrilla, han asesinado en Colombia a 47 sacerdotes y dos obispos.
Colombia, país de más de 40 millones de habitantes, es considerado como la capital mundial del secuestro con más de 3.000 casos al año, la mayoría cometidos por los rebeldes.
El secuestro de monseñor Jiménez causó conmoción en este país mayoritariamente católico. El Papa dijo que estaba orando para que los secuestradores "reconsideren lo que habían hecho" y les pidió "liberar a los secuestrados y abandonar todas las formas de violencia".
El Presidente Alvaro Uribe, quien asumió el poder en agosto, impulsa una estrategia para doblegar a la guerrilla y a los paramilitares de ultraderecha -enemigos de los rebeldes-, aumentando el gasto militar y duplicando el número de soldados y policías.
