JERUSALÉN.- La orden franciscana en Tierra Santa ha instado hoy a Israel a que levante el toque de queda en Belén bajo la premisa del derecho fundamental a la libertad de culto, para poder celebrar este fin de semana la festividad de Santa Catalina, preludio de las fiestas de Navidad.
Más de cien tanques y blindados del Ejército israelí invadieron la pasada madrugada la ciudad bíblica de Belén, que ha sido declarada "zona militar cerrada".
El fraile franciscano de origen egipcio, Ibrahim Faltas, cuya imagen se popularizó durante el asedio israelí a la Basílica de la Natividad del pasado mes de abril, se reunió esta mañana con responsables militares israelíes en Belén, para pedirles que levanten el toque de queda a la población.
La anulación de esa medida, permitirá a los cristianos católicos participar mañana, sábado, y el domingo a los actos religiosos que se celebran en la Iglesia de Santa Catalina, aneja a la Basílica de la Natividad, donde se oficia la "misa del gallo" el día de Nochebuena.
Fuentes de la orden franciscana dijeron a EFE que, "si no hay levantamiento del toque de queda, suspenderemos los actos porque no vamos a hacer el ingreso solemne en Belén sólo los frailes, mientras los fieles cristianos permanecen confinados en sus casas".
El superior del convento de San Salvador de Jerusalén, el fraile Artemio Vítores, manifestó a EFE que "la protesta se basa en la exigencia del respeto a los derechos fundamentales, como es la libertad de culto, que vale tanto para los cristianos como para los musulmanes a los que impiden el acceso a sus mezquitas en Jerusalén desde otros puntos de Cisjordania".
"Los judíos se han comprometido siempre a respetar el libre acceso a los Santos Lugares y la negativa, es una violación a un derecho fundamental como es la libertad de culto, establecido en la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas", agregó.
"Además del derecho a la vida, a la vivienda y demás derechos que se conculcan -dijo Vítores-, si los judíos impiden practicar en público la religión, están violando un derecho fundamental y, en nombre de la seguridad que tanto alegan, no vale todo".
Como cada año, los frailes franciscanos de Jerusalén marcharán mañana, sábado hasta el convento griego ortodoxo de San Elías, "que está poco antes del control militar en la entrada de Belén", donde les esperarán las autoridades y policía israelí que les escoltarán a caballo hasta la Tumba de Raquel.
Allí les aguardarán las autoridades religiosas y los notables de Belén, que les acompañarán hasta la Plaza del Pesebre, donde se erige la Basílica de la Natividad, donde nació Jesús, y hoy rodeada por tanques que impiden así que los palestinos se refugien en el templo.
Una vez en Belén, el Custodio de Tierra Santa hará el ingreso solemne en la Iglesia de Santa Catalina a través de la Basílica, se cantará un Te Deum, para después ir en procesión hasta la gruta de la Natividad.
Al día siguiente, domingo, si se levanta el toque de queda, se celebrará una misa solemne a la que asistirán los cristianos de Belén.
Belén es junto a Nazaret y Jerusalén, uno de los baluartes cristianos en Tierra Santa, a pesar de que el número de cristianos en la ciudad bíblica es de 12.000 frente a unos 35.000 musulmanes y desciende progresivamente por la emigración de los primeros.
La orden franciscana cuenta en Belén con 31 frailes, dos de ellos españoles, a cargo de la parroquia de Santa Catalina, escuelas, asilos e instituciones de obras sociales.
El episodio del asedio militar israelí a la Basílica de la Natividad, que más que un templo asemeja una fortaleza y donde el pasado 2 de abril se refugiaron unos 200 palestinos, tensó sobremanera las cuerdas entre el mundo judío y el cristiano, que sólo pudo ser resuelto con la decidida intervención de la comunidad internacional.
La Basílica de la Natividad erigida en tiempos del emperador Constantino el Grande y restaurada por Justiniano en el siglo IV, es el lugar más venerado por los cristianos, después del Santo Sepulcro en Jerusalén.
