JERUSALÉN.- El Ejército de Israel mantiene hoy el toque de queda en la ciudad de Belén en vísperas de la festividad de la Epifanía para los latinos (católicos) y de la Navidad para los griegos ortodoxos, cuyas celebraciones se llevarán a cabo en la Basílica de la Natividad.
La Navidad de los cristianos ortodoxos empieza el día 6, según el calendario Juliano por el que se rigen, y a su celebración en la Basílica acudía habitualmente el Presidente palestino, Yasser Arafat, al igual que asistía a la Misa del Gallo de Nochebuena de los cristianos católicos.
En esta ocasión, ni se ha mencionado que Arafat pueda trasladarse desde Ramallá a Belén, para acompañar a los palestinos de confesión cristiana ortodoxa en sus festividades religiosas y que sólo los que viven en Belén suman unos 5.000.
Por segundo año consecutivo, Israel ha prohibido a Arafat trasladarse a la ciudad donde nació Jesús y una "keffia" (el pañuelo palestino) recordó su ausencia el pasado 24 de diciembre en el lugar que ocupaba tradicionalmente en la Iglesia de Santa Catalina.
Además de palestinos, existe un número no cuantificado de rusos y rumanos ortodoxos que trabajan en Israel y que asisten habitualmente a las ceremonias religiosas.
En cuanto a la comunidad latina (católica), también se dispone a celebrar el lunes la fiesta de Epifanía o de los Reyes Magos en la Basílica.
Fuentes de la orden franciscana dijeron a EFE que las autoridades israelíes han asegurado que, durante esos días, aliviarán los puestos de control militares que han levantado alrededor de Belén para que puedan acceder a ella los frailes, peregrinos y turistas, como hicieran durante tres días de Navidad.
Asimismo -dijeron- levantarán el toque de queda para que los cristianos católicos y ortodoxos puedan llegar libremente a la Basílica durante esos días.
Las mismas fuentes refirieron sin embargo, que "esto es un caramelo que se da y se quita con el sólo propósito de mostrar ante la comunidad internacional que Belén está libre, cuando en realidad está ocupada por el Ejército que viola derechos fundamentales humanos".
"La ocupación militar de Belén constituye un atentado contra el mundo cristiano por parte de Israel", concluyeron.
