CRAWFORD.- El Presidente estadounidense George W. Bush espera presentar el martes un plan para relanzar la economía de su país a través de mayores reducciones impositivas, pero al mismo tiempo seducir a los miembros más moderados de la oposición demócrata para que acompañen sus medidas sociales.
Los elementos claves de su programa son, según la prensa estadounidense, una fuerte rebaja del impuesto a la renta, modificaciones a las reglas de amortización para las empresas y un aumento de los créditos impositivos para los padres de menores.
Bush también tiene previsto anunciar en un discurso en Chicago (Illinois, norte), un aumento de la duración del seguro de desempleo y de las transferencias de los fondos federales a los estados, para ayudarlos a financiar el programa "medicaid" de asistencia social a los más pobres.
En total, las medidas pueden involucrar un total de 600.000 millones de dólares en un plazo de diez años, afirma la prensa.
Pero la parte consagrada puramente al relanzamiento de la economía será de unos 300.000 millones de dólares, calcula Chris Edwards, experto en política presupuestal y fiscal del instituto neoliberal CATO en Washington.
"Van a ser 300.000 millones de dólares. Habría preferido un poco más, pero habrá que contentarse con esto", indicó.
Esta cifra se agrega a la reducción de impuestos de 1,35 billones de dólares en diez años, votado por el Congreso a pedido de la Casa Blanca en el verano (boreal) de 2001.
Tratando de superar la debilidad de la economía estadounidense, que reta va ciertamente a favorecer las inversiones en la bolsa", opina Chris Edwards, quien elogió las medidas destinadas a permitirle a las empresas amortizar más rápidamente sus compras de equipos.
Pero este programa va a ir acompañado de medidas sociales para calmar la ira de la oposición demócrata, que denuncia que las reducciones impositivas beneficiarán sobre todo a los más ricos.
"Hizo falta armar un paquete de medidas suficientemente moderadas para que un pequeño número de demócratas pueda apoyarlas", indicó el experto del CATO Institute.
Los republicanos, que cuentan con una mayoría clara en la Cámara de Representante, controlan sólo estrechamente el Senado y además el presidente Bush busca obtener los votos de electores del centro del espectro político.
Los líderes demócratas aprovechan también la oportunidad para tomar posición ante la perspectiva de las elecciones presidenciales de 2004.
El líder demócrata en el Senado, Tom Daschle, afirmó el sábado que "las reducciones impositivas que el presidente piensa anunciar constituyen una idea equivocada, en el momento equivocado para ayudar a las personas equivocadas" y van a acrecentar el déficit presupuestario.
Según Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación económica y política (CEPR) de tendencia izquierdista, las nuevas medidas van a aumentar las desigualdades en la distribución de la riqueza en Estados Unidos.
En 2002 el presupuesto federal cayó en el déficit. Pero Mark Weisbrot subraya que no se trata de un déficit exagerado, del orden del 1,6% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que ofrece un buen margen de maniobra.
"Lo que es escandaloso, pero no sorprendente, es aprovechar un periodo de recesión para continuar redistribuyendo la riqueza" en favor de los más ricos, opinó.